Toponimia
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A medida que avanzamos en los trabajos de Toponimia vamos descubriendo, cada vez en mayor número, unas relaciones o vínculos entre nombres que, de tal modo, vienen a constituir “familias de topónimos” o, si se quiere, topónimos vinculados, ya por una forma común (raíz o sufijo), ya por un fenómeno fonético compartido. Así, en el apartado Besurta hemos mencionado un grupo (Belarta, Sanarta, Llert(a), Catuarta, Baserca, etc.) cuyo elemento sustantivo terminado en –di ( o –gi) venía seguido por otro con vocal inicial, lo que daba lugar a una elipsis y a una epéntesis, según Azkue. Aquí, en Aigualluts, contemplaremos otra familia, la de los topónimos que contienen el término aigua (capítulo XXII de nuestra obra De Ribagorza a Tartesos), cuyo valor propio no es el de “agua” como el líquido elemento por excelencia, sino el de “corriente de agua”, tal como explicamos al estudiar Aiguatorta. Para evitar repeticiones, nos remitimos al estudio de este último (nº 26 de esta serie), y mencionaremos que en ella se incluyen también Aiguapasa y Aiguacari en el Valle de Benasque; Aiguascaldas y Aiguasallenz en Bardaxín; Aiguadazi y Aigüissi en L´Alta Ribagorça, etc. La utilidad de estas familias para la interpretación toponímica es tan grande que, junto a los dos elementos del topónimo (forma y contenido) bien podemos hablar de un tercero: el elemento sistemático.
Rafael Vidaller Tricas, en su obra El valle de Benasque, Everest, p´gs. 95-95, nos dice: “El Forau de Aiguallut (sic) es la excursión más clásica del Ball de Benás, nos permite disfrutar de un paisaje espléndido de alta montaña, ver el pico más alto del Pirineo, el Aneto, y su glaciar, todo ello sin exigirnos un gran esfuerzo físico…La forma más corta de llegar al Forau de Aiguallut es precisamente desde La Besurta… En La Besurta…nace el camino al Forau de Aiguallut si hemos decidido o podido llegar hasta allí motorizados… Los cinco primeros minutos serán una sucesión de pequeños prados y pinar negro aclarado, cruzando un par de arroyos de escasa entidad. Tras este inicio llegamos a una cuesta pronunciada que ha sido acondicionada con piedras de mediano tamaño para el paso de las vacas, es el Rullau, única cuesta de relativa importancia en el itinerario. Pasado el Rullau el camino ladea sobre el barranco y sale a un llano herboso amplio, tras el que vendrá otro más amplio, antesala del Forau que se encuentra al final del mismo. Al cabo de treinta o cuarenta minutos desde la Besurta… nos asomaremos a una gran sima por la que desaparece un buen caudal de agua, se trata del Forau de Aiguallut. Para pasar más allá lo bordearemos por nuestra izquierda hasta la cascada del fondo…Las aguas del deshielo de los glaciares de Aneto, Tempestades y Barrancs, de los neveros de la Escaleta y de todo el fondo del valle se juntan en un río que nace al final del Pllan de Aiguallut para despeñarse unos cientos de metros más allá en el Forau de Aiguallut”. Por su parte, Aloy y Jolís, en su obra Los Pirineos, del cabo de Creus a Jaca, pág. 245, dicen: “Después de la cascada de Aigualluts (sic), que salta sobre las gradas del terreno, las aguas serpentean y poco más adelante las engulle un terreno permeable y la falla geológica o sima del titulado Forau de Aigualluts”.
Aigualluts (forma correcta, según veremos enseguida) es un topónimo iberovasco, una composición de nombre más complemento nominal, y muy sencilla, tras haber aclarado (como hicimos en Aiguatorta) el origen, forma y sentido del primer elemento aigua, metátesis de aguai, con significado propio de corriente de agua. El segundo elemento lluts tampoco presenta gran dificultad: es lo que queda, tras la acomodación, de la voz ibérica eluts, que vale por paraje sombrío en el que no da el sol (Dic. Retana de Autoridades), esto es, sima. La acomodación aigua-eluts presenta una cierta irregularidad: debería resolverse, con arreglo a la norma general, con elipsis al final del primer término, o sea, aigu(a)eluts. Pero esta composición regular aigüeluts presenta, primero, una fuerte dificultad de pronunciación y atenta, después, contra la música de una forma tan habitual y fuerte como aigua; por todo ello, el diptongo ue acabó por abrirse hasta ua (hay abundantes ejemplos de apertura del diptongo creciente), lo que provocó esta aparente anomalía en la sutura o acomodación.
El dialecto ribagorzano palatalizó, como siempre, la /l/ de eluts. La traducción de Aigualluts rezuma expresividad y fidelidad: “la corriente de la sima”.
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