Toponimia



Inicio > Toponimia > Altoaragonesa > Cregüeña (153)

Cregüeña (153)

Altoaragonesa

Cregüeña es un topónimo ciertamente muy diferenciado, extraño incluso, que, como sucede tantas veces en el más alto Pirenneo, sirve para designar un valle, un ibón, un barranco, un pico, una agulla, una plleta, un bosque, un puente… ¿Cuál de estos accidentes será el descrito por el topónimo?. Me temo, adelanto, que ninguno de ellos.

En Cregüeña vamos a encontrar uno de los paisajes más desolados y duros de toda la cordillera. Pero dejemos hablar a los especialistas: “Fuera del valle de Vallhiverna , pero contiguo a él y abierto justamente bajo la crestería central de La Maladeta, se encuentra el valle de Cregüeña, cuyo barranco tributa al Ésera , más al sur de los Baños de Benasque. El camino sube con gran desnivel entre el bosque cercano al torrente hasta la Pleta de Cregüeña (2.000 m) y continúa hasta la soledad de las rocas en cuyo centro se ubica el gran lago de Cregüeña (2.657 m), uno de los más grandes de los Pirineos y, desde luego, del macizo” (Aloy y Jolís, Los Pirineos. Del cabo de Creus a Jaca, pág. 244). Más expresivo Santiago Broto Aparicio. El Valle de Benasque, Ed. Everest, pág. 196: “El lago de Cregüeña se halla a 2.657 m. de altitud y lleva en su nombre algo sorprendente y misterioso. Es el más grande de todos los del macizo, con una superficie de 100 Has., y ocupa el centro de un circo rematado por siete picos que superan los 3.000 m, cerrándolo casi por completo. Allí pueden admirarse los témpanos de nieve flotando sobre las aguas y una paz y una quietud impresionantes”. Cita a Benjamín Plaza que dice: “no creo que haya un circo más bravo y estridente en el Pirineo”. Cita asimismo a Curiá: “Las vistas de este circo infernal son impresionantes y parece que está allí el corazón de las montañas solitarias y malditas. El paisaje puede ser el de un país de encantamiento, en el que reina la desolación y el silencio; allí se ven pedruscos redondeados, blancos, rojizos o verdosos, que parecen ser los millares de ovejas que quedaron petrificados con la legendaria maldición; allí grandes rocas verticales semejan a los pastores que fueron inmovilizados en su actitud vigilante, y junto a ellas, pequeñas peñas en las que se convirtieron los perros mastines, cada uno en un escorzo distinto, unos de temor, otros de sorpresa. En fin, un caótico panorama…”.

Sabemos que el pueblo ibero, nuestros verdaderos y remotos antepasados, poseyó una valentía sin límites que demostraron durante doscientos años en la guerra de supervivencia ante el más odioso enemigo que ha conocido la Historia: el romano, soberbio, inmoral, injusto, explotador, ladrón, introductor en Iberia del fascismo y la esclavitud; y lo que es tan meritorio o más, mostró una laboriosidad y capacidad de sufrimiento inigualable en tiempos de paz. Pero, a pesar de ello, ¿pudo vivir, establecerse con familia y bienes en estas desoladas altitudes?. Maldiciones y leyendas aparte, la respuesta requiere una serie de matizaciones previas. En el entorno del lago (recordemos, 2.657 m de altitud) y menos todavía en alturas superiores (hasta los 3.043 m de la Agulla de Cregüeña, la respuesta ha de ser rotundamente negativa, tanto por el clima como por la naturaleza del terreno. Cierto que en el entorno del ibón existen diversos vivacs, en especial “uno situado casi a pie del lago, justo donde este tuerce. Un vivac con techo y paredes que aprovecha una enorme losa de granito que forma una cueva, en la que dormiremos como reyes. También hay otro vivac poco antes de alcanzar el pie de pared… aunque no tiene techo, solo tiene pared y gran parte de la temporada permanece cubierto por la nieve…”(Página web Caranorte.com de 0 a 10.000). Pero si descendemos hasta los 2.000 m de la pleta, la situación varía radicalmente: menor rigor climático, con suelos libres de nieve durante una buena parte del año, pastos abundantes para el ganado, agua más que suficiente para animales y personas, leña sin limitación de cantidad… Aunque problemático, no parece imposible una majada o casa- majada permanente.

Y es que Cregüeña nos habla con toda claridad de “casa”. Es la voz ibérica kere, que presenta vocal tras oclusiva, seguida de r y de igual vocal; la síncopa de la primera e, k(e)re, resulta obligada y la generalidad del fenómeno queda acreditada por varios cientos de ejemplos (Gratal, Graus, Robres, Barbastro, etc.). Ya producido el acortamiento con reducción silábica (de ke-re a kre), el segundo elemento es guen, límite, fin; variedad de goen, lo supremo, lo de más arriba. Tal como vimos recientemente en Bargüeña, cabe aducir la presencia de un tercer elemento, el pronombre relativo n, na al final de la composición, de modo que kreguenna, con consonante doble nn, acaba por dar ñ. En conclusión, Cregüeña significa “la casa que está más arriba o al límite”, o, más simplemente, “la casa de más arriba”.


Temas: , , , , , ,

 

Desarrollo: Interesa.es

© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

RSS