Sierco -275 (b)

Altoaragonesa

 Sierco es un topónimo que se repite en el ámbito ribagorzano, en sus extremos noroccidental y nororiental; además ha alcanzado cierta difusión como apellido. ¿Cuál es el hecho o situación que se repite en ambos casos y que recoge el nombre?.

Estamos en la montaña de Grist (Eriste). Hemos llegado a la cabaña de L´Aigüeta la Vall procedentes de Guayente y tras haber pasado por el tozal del Tiro; desde la cabaña cruzamos L´Aigüeta para situarnos en su orilla derecha y buscamos el cauce del barranco de Sierco; una senda con fuerte ascensión nos llevará al collado de Sierco, a 2.427 m, entra la tuca o pico de Sierco y la tuca Baixa de Sierco (2.628 y 2.518 m respectivamente). La senda desciende hasta el Cllot de Cecilia y nos lleva a los ibones de Patri, Chuncos, Pardinas, etc. Desde aquí contemplamos a nuestro alrededor, girando sobre nosotros mismos, una especie de corona montañosa, con picos a modo de florones: además de las tucas de Sierco por el este, las de Cambra y Bocs por el sur, Lleras de Cecilia al oeste, y hacia el norte, con menor altura, varios cerros por encima de los 2.300 m.

Ahora estamos en la N-230, a la altura de la Casa de Sierco, en el municipio leridano (comarca de L´Alta Ribagorça) de Bidallé (Vilaller en la toponimia oficial). Pero en lugar de cruzar el puente sobre el Noguera salimos de la carretera por la izquierda y entramos en un prado por el que caminamos unos 100 m en dirección a Estet (Huesca). Estamos en el centro de un círculo de montañas que hoy llamamos “circo” y al que nuestros antepasados llamaban “corona”. Sólo el Noguera, con dirección N-S, abre sendas escotaduras, si bien su curso no dibuja un diámetro vertical sino que, desplazado al este, traza una larga cuerda. Por el sur, y girando al oeste y norte, La Rourera que baja de la Serreta Roia (1.666 m), Trapieses y Es Grebolars, bajando de la Terra Montana; Pueyo y Batals y, cruzando el río pero todavía en Aragón, Colomero; en el municipio de Bidallé, la Pala la Creu envía hacia el sureste varios contrafuertes y, encima de la Casa de Sierco, el Posa de 1.720 m.

En ambos casos, un llano hundido, cllot o circo, de forma circular más o menos perfecta, rodeado de montañas con picachos a modo de florones: en definitiva, una corona. El topónimo Sierco recoge este hecho diferencial (corona) y nos ofrece uno de los ejemplos más bonitos de haplología y, con ella, una acomodación o sutura muy especial. En la composición ternaria el primer elemento es ziero, que vale por totalmente o completamente. A él se une era, apariencia, forma, aspecto, y lo hace cumpliendo la regla primera y fundamental de la aglutinación que es la elipsis al final del primer término, de modo que ziero + era > zier(o)era. En zi-er-er-a se da una repetición de los fonemas er-er-, por lo que actúa la haplología del modo siguiente: zi(er)era. Por último se aglutina el tercer elemento que es koro, con significado de corona. Ziera + koro se enlazan también con elipsis al final del primer término, zier(a)koro. Aparece el apócope de la vocal átona final, zierkor(o), y aún nos queda el enmudecimiento de la –r final, tan frecuente en toponimia, propiciado además por la presencia de otra –r final en la sílaba anterior, esto es, zierko(r).

En conclusión, ziero + era + koro > zierco, indistintamente zierco o sierco según que se conserve la pronunciación fricativa-interdental-sorda de la z inicial o que se pronuncie como fricativa-apicoalveolar sorda. En todo caso, fidelidad en la descripción, pues Zierco o Sierco significa literalmente “enteramente apariencia de corona”.

 

He aquí una prueba bien evidente de que nos asiste la razón cuando calificamos de estúpida la división provincial de Javier de Burgos de 1.833, pues, no ya una cuenca (la del Noguera Ribagorzana), sino un paraje (el circo o corona) dentro de ella, queda segmentado contra toda razón, ya agrícola, ya ganadera, ya cultural y social.