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El llamado Bronce de Botorrita nº 3 está escrito en purísima lengua ibérica, al igual que el nº 1 (Gran Bronce de Botorrita) pese a las toneladas de papel que se han despreciado en infinidad de estudios a cual más aberrante. Ni lengua celta o indoeuropea ni los celtas a las puertas de Zaragoza (Salduie). En realidad, el nº 3 es un acta médica en la que se recogen hasta 58 diagnósticos médicos resultantes del examen profesional de otros tantos pacientes que acuden a la consulta. Ello explica el hecho de que algunas de estas enfermedades se repitan un gran número de veces: El “tumor” aparece hasta en 12 ocasiones; el “tumor de garganta profundo” en 3; el “tumor en maduración” en otras tres; la “hinchazón repugnante del pene”, la “falta de tuétano en la cadera”, “alcoholismo”, “tisis”, la “falta de dueño o el sueño huidizo” y otras muchas más conforman un amplio catálogo sumamente interesante, en especial para los profesionales de la medicina, ante los cuales pongo a disposición mi trabajo que versa, a no dudar, sobre el primer documento médico de nuestra civilización.
El nº 46 de dicho catálogo hace referencia a un paciente que presenta “interrupción o corte del flujo de orina”. Es una verdadera lástima que este profesional no hiciera constar en el propio documento los remedios o el “tratamiento” recomendado; de haberlo hecho, es seguro que las hierbas, pócimas, cataplasmas y brebajes asumirían el protagonismo. Pero, centrándome en el objetivo de este trabajo, digamos que tal problema (quizá mero síntoma de otro más complejo) se expresa en lengua ibérica con el siguiente párrafo: Tai urodi-z. La voz ibérica tai vale por “interrupción” pero también por “cesar”. A su vez urodi significa “desaguadero, acueducto”. Por último, el sufijo –z que en esta ocasión tiene el valor de “en”. Por consiguiente, la traducción literal es “la interrupción o corte en el desaguadero”, y la traducción propia la ya citada de “interrupción o corte en el flujo de orina”.
Ya tenemos prácticamente resuelto el análisis del antropónimo Minuro, que nombra a uno de los tres asesinos de Biriato. Sobre todo si apuntamos que el primer elemento de esta composición es la voz min, mal, dolor, sufrimiento, enfermedad, enfermo. El enlace min+urodi se realiza con yuxtaposición necesaria pues no cabe la elipsis al final del primer término. Una vez más, la caída de la vocal átona final nos lleva a minurod(i), con enmudecimiento de la consonante final. El significado de Minuro es, pues, “el enfermo de corte de orina”. Como siempre (Biriato- el conductor de rebaños, Audax- el aullido del viento, Ditalcón- el que tiene poder de convocatoria) el antropónimo describe una cualidad, condición o seña propia del hombre adulto, adquirida en vida, no originaria, lo que abre un apasionante tema de estudio: la naturaleza y origen de los antropónimos. Será materia para otro momento.
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