Betato – 254 (c)

Altoaragonesa

 Por el tramo del Eje Pirenaico entre Campo y Aínsa, acercándonos a ésta y en tierras del antiguo municipio de Banastón, tomamos por el costado derecho el primero de los desvíos señalizado como El Betato. La pista bien asfaltada es, sin embargo, estrecha, con continuos cambios de dirección y tendencia ascendente. Pronto alcanzamos una bifurcación: hacia la derecha, a la aldea de San Ziprián; por la izquierda, hacia Betato, emplazado al costado de poniente de un cerro (725 m), y conformado por una sola casa, El Pont, con amplias dependencias, que permanece en silencio… De este lugar, Adolfo Castán, obra citada, nos dice: “Tenía 16 habitantes en 1.914. Vivienda de grandes dimensiones y oratorio particular: nave y ábside rectangulares cubiertos con medio cañón; ábside iluminado con escueto vano de antepecho escalonado; puerta con dintel apeado en ménsulas y espadaña de un ojo en los pies; tiene el suelo de la nave empedrado con cantos; inscripción: “Fca Cambra 1753”.

Toda la ruta discurre entre pinos que sólo de tanto en cuanto dejan sitio a quejigos, encinas, enebros, bojes, como si en un pasado no muy lejano el bosque hubiera sustituido a los pastizales. Junto a la casa, mirando hacia el NO y O, se aprecia algún terreno de cultivo abancalado. Da la impresión que la agricultura no fue nunca la fuente de riqueza fundamental. Y a ello se refiere, concisa pero rotundamente, el topónimo.

Betato (nada que ver con Vedado o El Vedado) es una composición ibérica de dos elementos. El primero es bete, lleno. Con toda regularidad, el segundo, ato, que vale por rebaño, se aglutina con elipsis al final del primer témino: bet(e) + ato > Betato, “lleno de rebaños”.

Temas: Aínsa, Altoaragón, Banastón, Betato., Lanar, Toponimia