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Zibollés – 304 (b)

Altoaragonesa

Para llegar a Zibollés, 2.763 m de altitud, nos situamos en el parking del Ampriu, y desde allí, con dirección sur, tomamos el camino que asciende por la derecha del naciente barranco del Ampriu, hasta alcanzar la cresta con el Gallinero levantándose más a la derecha; tomamos a la izquierda, este, y tras salvar otros doscientos metros de desnivel, llegaremos al Zibollés. Si hemos hecho la ascensión en verano, la pala, con fuerte descenso y orientación norte, presenta el aspecto de una gran extensión verde que, por la Canal Amplla, se aproxima al Plano y Refugio del Ampriu. Este nombre (adempribio, empribio, empriu, ampriu) procede, según la RAE del latín medieval ademprivium, “terrenos de pastos comunes a dos o más pueblos”; junto a ello, la presencia de algún “plletiu”, pregona el origen y dedicación ganadera de la zona, antes que, hacia el norte el esquí y hacia el sur (Castejón de Sos) el parapente, la dotaran de una nueva y multitudinaria actividad.

 

Para explicar el topónimo Zibollés tenemos que hacer un ejercicio de averiguación en la lengua ibérica, tan parcialmente conocida en cuanto a su léxico y con tantas voces que recuperar. Con la mayor prudencia, avanzaremos con dos andariveles: a la derecha, la cuerda o maroma fonética; a la izquierda, la semántica. Pues bien, el Dic. Retana nos ofrece la voz zabo, con variantes zibo y ziba, en las que ha habido una alternancia a/i en la primera sílaba. Más aún, otra variante zubu nos ofrece zibu, zibullu y ziburu, en todos los casos con idéntico valor semántico: trompo o juguete de niños. A la vista de zabo > zibo y ziba, ¿es admisible la posibilidad de que una voz como zabal tenga variantes como zibal y zibol ¿. Si la respuesta es afirmativa, tomemos para seguir avanzando la soga de la izquierda o criterio semántico. Zabal, voz bien confirmada en lengua ibérica, significa vasto, ancho, abierto y cuenta con muchos derivados; pero zabal es asimismo sustantivo que vale por extensión o anchura. Así pues, zabal, con variante zibol y valor sustantivo de extensión, sería el primer elemento de la composición Zibollés. Recuérdese además el frecuente “rebautizo románico” de topónimos prerromanos, con resultado redundante, y que en este caso, junto al zibol ibérico aparece el “amplla” de la canal. El segundo elemento es, obviamente, el adjetivo eze, verde, formándose un Zibol-eze > Zibollés, tras la palatalización de /l/ y la caída de la vocal átona fina, zibolez(e). La traducción de Zibollés será “la extensión verde”.

 


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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

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