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Yebra (273 – a)

Altoaragonesa

 

 

Cuando, procedente de Pamplona-Jaca-Sabiñánigo, dentro de la carretera de Huesca, me encuentro con una rotonda que a los 270º de giro me indica “Fiscal 23 kms.”, creo estar soñando. A mi espaldas quedan el ascenso hasta Biescas, Gabín y Yésero, El Cotefablo, Llinás de Broto, Broto, Sarvisé…, y la sensación de descanso es grande. Por segunda vez (ya lo hice en mi blog) quiero mostrar mi satisfacción y agradecimiento a cuantos han trabajado por esta magnífica obra.

 

Iebra de Basa es la cabecera de un municipio en el que se incluyen además Cillas, Cortillas, Espín, Pardina Ballarán, Pardina Fenés, Sasa de Sobrepuerto (todos despoblados) y los lugares vivos de Fanlillo, Orús, San Julián de Basa y Sobás. Se insertan en la cuenca del río Basa que, con dirección E-O –más bien SE-NO- , al norte de las sierras de Picardiello, Portiello y de S. Pedro, viene a desembocar en el Gállego al sur de Sabiñánigo. Un inciso: Iebra o Yebra es un ejemplo característico de dualidad de formas ambas correctas por igual; Iebra, como veremos, por etimología; Yebra, por fonética y tradición.

 

De Yebra de Basa nos dice Adolfo Castán, Lugares del Alto Aragón, lo siguiente: “Lugar de 108 h; a 884 m de altura. Tenía 283 h. en 1.900. Unido a Sabiñánigo por la carretera general del valle de Basa (actualmente, por el nuevo y espléndido tramo del Eje Pirenaico)… Situado en una planicie a orillas del río Basa. Es población con interesante caserío distribuido irregularmente en función de una plaza central, a su vez lugar de paso hacia el resto de núcleos del valle. Fuente de principios del siglo XX en la plaza. Notable portada barroca en casa Eusebio, con frontón triangular partido, escudo de los Escuer entre rocalla y bolas rematando las pilastras –AÑO MDCCLVII FACTA-. Chimenea monumental en casa Albeita y suelos de cantos rodados perviven en casa Boticario, Pérez y Juan de Allué. Fuente de la Rosera bajo arcada de medio punto que debió de ser volteada en 1.913; a su lado, abrevadero. La parroquial es de estilo gótico aragonés –s. XVI-, con excelentes tablas renacentistas y el primoroso busto de Santa Orosia, de plata repujada –s. XV-. El 25 de junio se celebra popular romería a la ermita de la santa, bailando un grupo de danzantes que por atavío e instrumental –chicotén y chiflo- son quizá lo más representativo del viejo Aragón. Fascinante itinerario de los santuarios rupestres, iniciado por la pista que roza otra ermita dedicada a Santa Orosia; a continuación la senda hacia la capilla de Arrodillas; ya muy altos, las aéreas ermitas de S. Cornelio y La Cueva; después S. Blas y Santa Bárbara; finalmente la ermita de La Cruz y, en medio de la pradera, la ermita de la santa; a su lado, fuente generosa y refrescante –arreglada en 1.880- que brotó en el mismo lugar donde la hermosa cabeza de Orosia cayó sin vida en la hierba; el templo de Santa Orosia se construyó entre 1.665-69. Pozo de nieve en la umbría de la sierra de Puertiello que ha planteado el proyecto de creación de un centro museístico dedicado al comercio de la nieve”.

 

En la documentación histórica, Yebra aparece (documento de 1.038, Lope Azenariz de…) con la grafía Ebora; también en otro de 1.062 (Garcia de Ebora, Garcia Lopeç de Huaso et de Ebora), y en un segundo del mismo año (Sanxo Enneconis de Ebora). Estamos sin duda ante una deformación de la forma originaria completa –iebara- sobre la que se ha producido la aféresis de la vocal iicial –(i)ebara- y posterior desasimilación vocálica a-a > o-a –ebora-. Sin embargo, ya en 1.076, Yebra, y así hasta 1.910 en que aparece Yebra de Basa.

 

Para la interpretación de este topónimo nos apoyamos, además de la observación de la realidad, en la excelente obrita Toponimia de Ballibasa, de J.A. González Sarasa y J.M. Navarro López, con amplísima recogida de topónimos menores y su situación exacta sobre fotografías de todos los términos. Los autores no quieren (ya es mucho) ir más allá: “una vez recogidos los topónimos y ubicados, queda todavía otra labor, que dejamos a expertos filólogos”. Perfecto, lo que sobran en nuestra ciencia son interpretaciones “de oído” y abracadabrantes. Veamos si soy capaz de continuar lo iniciado con tanta sensatez. Cuando dejamos por la derecha el Eje Pirenaico y nos dirigimos a Iebra, tengo la sensación de meterme en el fondo de un saco, esto es, en un llano rodeado de alturas por casi todas partes, justamente por todas menos por la zona por la que penetro. De hecho, el Eje Pirenaico se ve obligado a ir ganando altura de forma bien perceptible y continuada por el costado derecho de la población, sobrepasándola y llegando hasta la boca del túnel de Petralba en el que se inicia el descenso hacia Fiscal. En las fotografía de las páginas 191-92 y 93, se advierten con toda claridad las alturas San Salvador, Corralón, Coronazo, Ralla Paúl, Ralla Espata, Cueba o General, Tozal de Puyarruego, Ralla de Santa María, Ermita de Santa María, Ralla as Escarrizas…

 

Iebra es una composición de la lengua ibérica breve y muy clara. El primer elemento es ie, voz ibérica que vale por “casi”. A éste se aglutina el segundo y último, bara, variante de para, vallado, cercado, cerrado. La acomodación o enlace se efectúa con yuxtaposición necesaria pues un i(e)bara haría incomprensible la composición. No obstante, la fuerza de compresión interna se manifiesta por medio de otro fenómeno fonético esencial: la síncopa de vocal (en este caso la a) tras oclusiva (b), seguida aquélla de r e igual vocal: b(a)ra. En conclusión y con toda evidencia Iebra o Yebra significa “casi cercada o cerrada”.

 


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