Epigrafía



Inicio > Epigrafía > Textos epigráficos > Una moneda (10)

Una moneda (10)

Textos epigráficos

Aun cuando no será éste el último análisis de un texto correspondiente al área carpetana, vamos a cerrar, por el momento, nuestra tesis sobre la naturaleza plenamente ibérica de la lengua hablada en dicha área, dedicando este breve capítulo al estudio de una moneda. Nos apoyamos en la fotografía de anverso y reverso de la misma, así como en la nota al pie: “Denario de plata de la Carpetania (150 a. de C.)”, todo ello contenido en la página 237 de la obra Íberos, de José R. Pellón, Editorial Espasa, Madrid 2.001, obra sumamente útil, si bien adolece de frecuentes contradicciones que derivan del acogimiento de hipótesis contrapuestas.

El valor de las inscripciones monetales tiene, como la moneda misma, dos caras: una positiva, pues el texto, pensado y grabado con toda atención y hasta con “oficialidad”, tiene toda la claridad y fijeza necesarias; además de que, si en el mismo consta el lugar de origen (Bilbilis, Kalakorikos, Iltirta, etc.), tendremos la plena correspondencia entre lengua y área, lo que no siempre sucede con otros soportes. Otra, negativa y no menor: tienen su origen en una fecha muy tardía, casi al final, de la Edad Primitiva de Iberia, incluso a comienzos de la Edad Antigua, lo que de algún modo viene a favorecer (como la escritura en general) la tremenda falacia de considerar a los iberos un pueblo “nuevo” y distinto de los indígenas o pobladores primitivos de la Península.

Esta moneda presenta una notable particularidad, y es que, a diferencia de las antes citadas y de otras muchas, no está claro, ni mucho menos, el nombre de la población en que se asentaba la ceca emisora. Es sabido que los nombres de población son, casi siempre, topónimos descriptivos, y que toda la descripción o parte de ella da una composición ibérica que es, a su vez, la forma externa que anomina a la población. Con esta moneda es casi seguro que contenido (descripción) y forma identificativa están presentes, como elementos del topónimo, y cumplen o cumplieron perfectamente sus respectivas funciones. Tenemos la descripción, muy clara, que se hace del lugar y que veremos más adelante, pero no sabemos a qué población identificaron las formas Igalgu o Baken, o bien una posible sutura de ambas.

Vamos ya con su análisis:

A). Trascripción.

I-GA(KA)-L-GU(KU)

BA(PA)-GE(KE)-N

B). Secuencia.

Igalgu

Baken

C). Lectura.

Ig(al) algu

Bak(e)-en

D). Análisis morfológico.

igali: n.: fruto

algu: adj. indefinido: todo lo posible (contracción de al, poder, y guzi, todo). El DRALV nos presenta la forma alguzian, según todo lo posible.

bake: n.: paz, pacífico.

-en: sufijo de comparación de superioridad: más, el más.

E). Análisis fonético.

1. igali sufre elipsis al final del primer término: igal(i).

2. al encontrarse con el al- inicial de algu, surge la haplología: ig(al)-algu.

3. en bake se produce elipsis al final del primer término por encuentro de vocales de igual timbre y duración: bak(e)-en = baken.

F). Traducción literal.

Todos los frutos posibles. La más pacífica.


Temas: , , , , ,

 

Desarrollo: Interesa.es

© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

RSS