Epigrafía
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Torrijo del Campo es una pequeña localidad de la provincia de Teruel, situada a orillas del río Jiloca, entre Caminreal y Monreal del Campo, en cuyas inmediaciones se encontró un plomo ibérico que, por su contenido, está llamado a ser reconocido como uno de los textos literarios que contiene mayor emotividad y sentimiento trágico de toda nuestra literatura. Para su estudio, me han sido muy útiles las fotografías y algunos datos históricos contenidos en el trabajo de Jaime D. Vicente Redón y Beatriz Ezquerra Lebrón titulado El bronce celtibérico de Torrijo del Campo (Teruel), contenido en Pueblos, lenguas y escrituras en la Hispania prerromana (Actas del VII coloquio sobre lenguas y culturas paleohispánicas), Francisco Villar y Francisco Beltrán editores, Salamanca 1.999
Una consideración previa. La situación mencionada de Torrijo lo incluye en un área que bien pudo ser la ocupada por el pueblo “celtíbero” de los titos, siempre mencionados juntamente con los belos y enfrentados de consuno al vecino común que era el pueblo arévaco, ya que se afirma que los titos estaban situados al Sur de los belos y al Norte de las parameras de la actual Molina de Aragón, en Guadalajara. De cualquier modo, fueran titos, belos, olcades o cualquiera de los llamados pueblos ignobiles, sus pobladores estaban inmersos en esa nube histórico-lingüístico-cultural que son los celtíberos. Y, de nuevo, veremos que se expresaban en la misma lengua que los iberos del Levante y del Sur, la misma que han sabido conservar hasta hoy los vasco-navarros y aquitanos
Una gran desgracia ha caído sobre el poblado de pastores. Un padre de familia nos la relata. Está anegado de dolor, y gime, clama, suplica, espera… Está exaltado y, ello no obstante, atina a grabar con su buril sobre el plomo un texto claro y limpio que denota soltura, con variantes formales en varios signos que predican una sorprendente formación en un pastor del siglo II a. de C. Muestra que conoce los procesos de fonación o emisión de voz y de audición, mencionando la “resonancia” o vibración de las cuerdas bucales y del tímpano. Cree en Dios pues clama al cielo, brota la esperanza y manifiesta la delicadeza de su alma cuando pide, en belleza, el bien para los niños, para todos, los cuatro suyos y los ajenos…Alegrémonos de que el soporte plomo, tan poco tentador para los depredadores romanos, propiciara la conservación de esta joya.
A). Trascripción.
1. A-L-A-U-N-I-GU(KU)-I
2. DU(TU)-R-GI(KI)-N-I-N-E-I
3. E-Z-A-N-I-M
4. DU(TU)-R-E-Z
5. A-L-A-U-N-I
6. O-L-Z-U-I
7. O-GE(KE)-GA(KA)-I
8. E-Z-A-N-I-M
9. DU(TU)-R-E-Z
10. U-Z-E-I-S-U-N-O-Z
11. GO(KO)-DI(TI)-S-O-N-E-I
12. L-U-DO(TO)-R-I-GU(KU)-M
13. E-I-Z-U-BO(PO)-Z
14. A-DI(TI)-S-A-I
15. E-GU(KU)-E
16. A-R-DI(TI)-N-O-GU(KU)-M
17. E-GU(KU)-E
18. L-A-GI(KI)-GU(KU)-M
19. E-GU(KU)-E
20. DI(TI)-R-DO(TO)-GU(KU)-M
21. Z-I-L-A-BU(PU)-R
22. Z-A-S-O-M
23. I-BO(PO)-Z
24. E-Z-DU(TU)-I
B). Secuencias.
1: Alaunikui
2: turkininei
3: ezanim
4: durez
5: launi
6: olzui
7: okekai
8: ezanim
9. durez
10: uzeizunoz
11: gotizonei
12: ludorigun
13: eizuboz
14: adizai
15: egue
16: artinogun
17: egue
18: lakigun
19: egue
20: tirdokun
21: zilabur
22: sason
23: ipoz
24: ezadui
C). Lectura
1: alaun(e) ikui
2: turku-in nin(i) ei
3: ez anim(a)
4: dur(un) ez
5: lau ni
6: olz uj(u)
7: oke(r) kai(n)
8: ez anim(a)
9: dur(un) ez
10: uze (a)izun oz
11: got(or) iz(an) on ei
12: lud(i) or igun
13: eizu boz
14: adiz(u) ai
15: egu e
16: artin(o) gun(e)
17: egu e
18: lak(e) igun
19: egu e(k)
20: tir(a) do(a) kum(e)
21: zila bur(o)
22: sas(i) on
23: ipo-z
24: eza(n) (adu) adui(n).
D) Análisis morfológico.
alaune: n.: majada.
ikhui: part.: alcanzada por la desgracia.
turko: adj.: estúpido, el que es muy suyo y no hace caso a nadie.
in: v.: hacerse, volverse. Es la forma originaria de egin, de uso constante.
nini: n.: niños.
ei: adv.: fácilmente.
ez: adv.: no.
anima: n.: alma. He aquí una etimología muy interesante. No es préstamo del latín.
durun: n.: resonancia.
ez: adv.: no.
lau: adj. num.: cuatro.
ni: pr. personal: yo.
olz: n.: cielo. El DRALV ofrece las variantes oltze y ortz, en las que se advierte, como en infinidad de casos más, la alternancia r/l.
uju: v. uju egin (grito hacer), gritar. El ibérico, tan primitivo, ni requería el auxilio del verbo in (el egin es de formación posterior o local), ni distinguía, por carecer de formas de flexión, entre el infinitivo gritar y la 1ª p.s. del presente de indicativo yo grito. Uju = grito es voz de origen onomatopéyico: ver lo dicho sobre estas voces, y sus tres fases, en nuestra obra De Ribagorza a Tartesos, pgnas. 223 y 224.
oker: n.: mal, daño moral o material.
kain: adj.: tanto. El DRALV lo considera variante de ain-hain (tan), y para significar tanto crea la yuxtaposición kain-bat, innecesaria en ibérico.
ez anima: composición ya vista : no (tienen) alma. Para explicar las frecuentes repeticiones de los textos iberovascos se debe tener presente que el intensivo habitual en esta lengua era, precisamente, la repetición. Recordar, por ejemplo, tza-anta-ani-ani = Santaníi, en Baliaride.
durun ez: vale lo dicho en el párrafo anterior.
uze: n.: hijos, en sentido amplio, el mismo que pervive hoy en día cuando refiriéndonos a un grupo de niños atribulados decimos: “ ¡ Qué iban a hacer los pobres hijos!”. El DRALV presenta la voz uzeme, hijastro, y asimismo uze es el primer término de las composiciones uzaita, padrastro, y uzama, madrastra.
aizu: v.: oir, atender. Para el DRALV es exclamación que significa ¡Oiga¡, y, a la vez, contracción de adizu, oye. Todas estas formas están vinculadas a adiz(tu)= raciocinar, y a adi(tu) = entender, oir, lo que evidencia una forma primitiva aizu, con valor semántico “entender” o “razonar”.
n: pr. rel.: que, los cuales.
oz: n.: tono, sonido, ruido. Es variante de ots en la composición. Obsérvese la z final.
gotor izan: locución verbal formada por gotor, persona de cuerpo bien desarrollado, e izan, verbo auxiliar que vale por ser, estar, hacer, poseer…Así pues, got(or)iz(an) vale por “que el cuerpo se desarrolle” o “que estén desarrollados de cuerpo”.
on: adv. de modo: bien (desarrollados).
ei: adv. de modo: fácilmente, sin obstáculo o impedimento.
ludi: v.: redimir.
or: adj. demostrativo: esta.
igun: n.: repugnancia, asco. Se adapta mejor al texto la acepción “calamidad”.
eizu: v. eizu: dejar. En el DRALV eitzu.
boz: adj. y v.: alegre, alegrar.
adizu: v.: oir.
ai: interjección que expresa deseo: ¡ojalá!.
egue: v. eguki, esperar. En ibérico, una vez más sin desinencia.
e: suf. que pospuesto a los verbos es pluralizante de 2ª y 3ª persona: egu-e= esperamos.
artino:prep.: hasta.
gune: adv. de tiempo: entonces, en aquel tiempo.
lake: v.: otorgar.
igun: n.: buena disposición.
egu-e: ¡esperamos!.
tira: v.:tirar, atraer.
doa: n.: don, gracia, merced.
kume: n.: cría. Entiéndase “críos”.
zila: v.: malherir, masacrar. El DRALV da las acepciones siguientes agujerear, llenar de agujeros, acribillar, hacer muchas heridas, horadar, atravesar…
buro: n.: maldición.
sasi: n.: ahijado.
on: adj.: bueno, sano, de buena salud.
ipo: n.: carácter.
-z: suf. traducible por de, a, por.
ezan: v.: variedad de izan.”Lo pronuncian generalmente esan”.
adu: n.: felicidad, suerte feliz.
aduin: n.: tiempo, oportunidad, ocasión.
E). Análisis fonético.
- alaunikui presenta: 1. Elipsis al final del primer término: alaun(e) ikui. 2. Este 2º termino no tiene la oclusiva sorda aspirada kh que, al igual que ph y th son habituales en el vasco histórico; el euskera, en cambio, sigue la norma ibérica.
- la composición turkininei contiene: 1. Elipsis al final del primer término: turk(u). 2.Elipsis al final del 2º término: turk-i(n). 3. Elipsis al final del tercer término: turkinin(i).
- ezanim es una composición de ez más anima, en la que este segundo elemento muestra caída de la vocal átona final.
- en durez observamos elipsis al final del primer término: dur(un)ez.
- olzui tiene dos fenómenos fonéticos: 1. valor vocálico /i/ de la /j/ iberovasca. 2. Apócope de la vocal final.
- en okekai vemos: 1. Elipsis al final del primer término: oke(r). 2. Oker tampoco contiene kh como, según el DRALV, la tenía el vasco histórico. 3. Enmudecimiento de la /n/ final.
- uzeizunoz nos brinda ocasión de contemplar una verdadera excepcionalidad en lengua ibérica y en vasco histórico: no hay elipsis al final del primer término que termina en /e/, a pesar de que el segundo, que empieza por /a/ da lugar a un hiato –ea- que se reduce siempre, dando /a/. La excepción está fundada y regida, como siempre, por el más brillante sentido común. El ibérico, como todo sistema lingüístico, busca la comunicación, y para que ésta se produzca es indispensable que el receptor “entienda” el mensaje. En segundo lugar, animado por su fuerza de compresión interna el iberovasco tiende al acortamiento de palabras con reducción silábica. Pues bien, siguiendo la norma, la elipsis al final del primer término, uz(e)aizunoz, nos formaría la voz uza- con valor semántico bien usual, notorio y doble: “ahuyenta” y “ejido, campo o monte común de dos pueblos”; con ello pasaríamos de una pentasílaba, u-ze-ai-zu-noz, a una tetrasílaba, es decir, cumpliríamos el 2º objetivo pero impediríamos la comunicación, fin primordial. Por el contrario, si alteramos la norma pasando la elipsis al inicio del 2º término, el resultado es que el receptor puede entender (como lo hemos entendido nosotros) uzeizunoz, y que, además, se consigue la reducción silábica aunque de distinto modo: u-zei-zu-noz.
- en la composición gotizonei hay: 1. Elipsis al final del primer término: got(or). 2. Elipsis al final del segundo término: gotiz(an).
- ludorigun tiene tan sólo elipsis al final del primer término: lud(i). Pero conviene hacer notar que la letra que representa la /m/, cuando está al final de palabra vale realmente por /n/. He aquí un pequeño inconveniente para los cómicos y descerebrados “genitivos plurales” con los que fantasean algunos autores, y que no son sino palos de ciego.
- con relación al ibérico, el vasco histórico muestra su gusto por consonantes dobles que nunca encontramos en los textos epigráficos: así eitzu , procedente de eizu. Tampoco aquí hay elipsis al final del primer término, ni en el inicio del 2º en su defecto, de modo que se conforma el párrafo con una mera yuxtaposición. ¿Porqué esta nueva excepción?. Fijemos la atención en que la sutura normal crearía un grupo consonántico –zb- (ei-zb-oz) de difícil pronunciación, y en que profundizar
en la elipsis, ei(zu), supondría una composición, eiboz, irreconocible.
- adizai sí tiene elipsis al final del primer término: adiz(u)ai.
- hay caída de vocal átona final en artinogun(e).
- lakigun presenta elipsis al final del primer término: lak(e)igun.
- tirdokun contiene: 1. Elipsis al final del primer término: tir(a). 2. Elipsis al final del 2º término: tirdo(a). 3.: Caída de la vocal átona final: kum(e).
- en zilabur vemos apócope de la vocal final: zila bur(o).
- sason muestra elipsis al final del primer término: sas(i)on.
- ezadui es una composición interesantísima. Además de la variante ezan, que es el primer término y sufre elipsis al final, el texto exige la presencia de la voz adu, felicidad o suerte, la cual coincide con el inicio de la palabra siguiente aduin, oportunidad, ocasión, por lo que se produce una bella haplología: eza(n)(adu)adui(n).
F). Traducción literal.
La majada tocada por la desgracia: se vuelven estúpidos los niños fácilmente. No (tienen) alma, no (tienen) resonancia. Yo, cuatro. Grito al cielo: ¡ Tanto mal ¡, no alma, no resonancia. Que los hijos entiendan los sonidos, que se desarrollen bien fácilmente. Redime esta repugnancia, déjales alegres ¡Ojalá oigan!. Esperamos, hasta aquel tiempo, esperamos. Otorga tu buena disposición, esperamos. Pedimos gracia para los críos, malhiere la maldición: ahijados sanos, con carácter, que tengan oportunidad de ser felices.
G). Traducción propia.
La majada ha sido tocada por la desgracia y nuestros niños se vuelven estúpidos con facilidad. No tienen alma, son sordomudos. Yo mismo tengo cuatro. Clamo al cielo: ¿Porqué tanto mal?. Sin espíritu, sordomudos…Haz que los niños entiendan las palabras, que se desarrollen con salud. Redime esta calamidad, déjales alegres. ¡Ojalá oigan!. Esperamos hasta que el momento llegue, esperamos. Concede tu buena disposición, lo esperamos. Te pedimos gracia para los críos, acaba con la maldición. Que tengamos hijos sanos, con carácter, que tengan oportunidad de ser felices.
Autor anónimo. Iberia, siglo II a. de C.
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