Toponimia
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Pequeño pueblo del municipio de Valverde de Ierro que sobrepasa ligeramente los 300 habitantes. Inicialmente pesquero, se está convirtiendo en centro de recreo: tranquilidad, aguas cristalinas, pequeña playa… Pero cuando nuestros antepasados de etnia y lengua idénticas a los iberos peninsulares llegaron a este lugar, su juicio estaba orientado por otros criterios, de utilidad y posibilidades de sobrevivencia fundamentalmente. No había blancas construcciones ni apartementos, ni paseo junto al mar, ni palmeras ni flores; solo una altura volcánica en rápido descenso hacia la costa, con lavas por doquier; no había espacios para las tierras de labor y la vegetación, rala e inútil, se mostraba incapaz de alimentar siquiera a las cabras. Ni las posibilidades de baño y turismo contaban para ellos y, quizá influidos por un paisaje mineral gris o negruzco, estéril y poco acogedor, le dieron nombre: TAMADUSTI.
Es ésta una composición de la lengua ibérica cuyo primer elemento es TAMAL, lástima, pena, lastimero, desgraciado. El segundo DUZTI, todo, y enlaza con el anterior con elipsis al final del primer término: TAMA(l)DUZTI. Reparemos en el cambio de la vocal final, en este caso i > e. No es excepcional, ni siquiera privativo de la lengua vasca como apunta Luis de Mitxelena en su “Fonética histórica vasca”, páginas 129 y siguientes: “Es bastante corriente y generalizada la confusión de -e e -i…”. Porque este mismo fenómeno fonético lo hemos constatado repetidamente en nuestro trabajo “Toponimia altoaragonesa”, en el que, por ejemplo, un etimológico BenabarrI se consolida como BenabarrE; o un LigüerrI en LigüerrE, etc. Así pues, Tamaduzti > Tamaduzte. Por enésima vez, la pronunciación apicoalveolar de la interdental sorda /z/ (f.f.s.a. nº 11 de “Nosotros, los iberos) nos deja en TAMADUSTE. La traducción, por lo dicho, será “Todo lastimero o desgraciado”.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es