Toponimia
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He subido el Coll de Fadas y continúo hacia Las Paúls por el recorrido previsto para el Eje Pirenaico y que, creo, jamás se ejecutará por aquí. Un km. después de Las Paúls, a cuyo municipio pertenece, sale por la izquierda el corto desvío al lugar de Suils. De éste nos dice A. Castán, op. cit.: “Aldea de 35 h; a 1.442 m de altura… Se cita en 1.385 como perteneciente al condado de Ribagorza… Proporcionalmente es la que menos población ha perdido con respecto a comienzos del siglo XX… Su arruinada parroquial ha sido arreglada parcialmente… El templo de San Miguel era románico, además de calidad, pero perdió la torre –o no la tuvo- y el ábside; sin embargo, el aparejo de la nave sobreviviente evidencia fórmulas antiguas de colocación por hiladas, así como fajas verticales de sillarejo…”.
En Suils la presencia de las “terras royas” –areniscas y arcillas del Triásico inferior- es masiva, y llega hasta los pies de una colina o cima, al norte del lugar, de forma cónica pero con laderas muy suaves y que corona a 1.666 m. Un pastor detiene su ramada y me informa: se llama ahora el Bedau de Suils, dicen que allí se hacía, en la llanura que lo corona, un “foro” u hoguera grande, en franca rivalidad con otras poblaciones próximas, y que de allí partían los mozos con los enormes hachones encendidos –“fallas”- hacia el pueblo, en un rito ancestral, anterior incluso al cristianismo. Véase sobre este tema la obra de Antonio Plaza Boya El mundo religioso del Alto Ésera, página 41. A esta leyenda, con todos los visos de realidad, viene a añadir un intenso fuego –nunca fue más propia la expresión- la descripción contenida en el topónimo Suils.
Se trata de una composición ternaria cuyo primer elemento es su, fuego; a éste se une –yuxtaposición necesaria- il, muerto, apagado; por último se aglutina iz, cima. Suil-iz (suilis) muestra elipsis de la última vocal en posición no final, suil(i)s, determinando la aparición de un grupo consonántico –ls pronunciable. Suils significa “el fuego apagado en la cima”. Y las preguntas brotan incontenibles: ¿Vieron nuestros antepasados iberos un fuego apagado o volcán humeante en la cima?, ¿lo vieron en erupción con surcos de lava descendiendo por las laderas?, ¿es la costumbre tradicional del foro y las fallas un remedo de lo visto y vivido en el pasado?. Y, finalmente, siendo reconocida e incuestionable la gran presencia de hombres ribagorzanos en la conquista de Valencia en tiempos de Jaime I, ¿qué conexión existe entre las actuales hogueras y Fallas valencianas y los foros y fallas de Suils y del Alto Ésera?.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es