Toponimia
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Solsona es la capital de la comarca del Solsonés, sede episcopal y cabeza de partido judicial. Tenía 9.094 h en el 2.019. Poblada ya en el Neolítico, tuvo murallas levantadas sobre fortificaciones anteriores; hoy se conservan tres portales: el del Puente, del Castillo y de Llobera. De la catedral románica de 1.163 -sobre una iglesia prerrománica citada en el 977- permanecen los tres ábsides, el campanario, elementos del claustro, la bodega y el refectorio; imagen de piedra de la Virgen del Claustro, siglo XII, verdadera joya. Plazas Mayor y de San Juan, Museo Episcopal, fuentes, pou de gel… “El término presenta un relieve relativamente llano, ya que se asienta en un altiplano rodeado de las primeras estribaciones del Prepirineo” (G.E.E.).
Hay topónimos en los que la forma histórica y los cambios sufridos en el tiempo son capitales para su correcta interpretación. Es el caso de Solsona: en el año 839 “Celsona”, e igual forma en 982, 997, 1.040 y 1.080; pero ya en el 1.054 aparece “Solsona” que se repite hasta nuestros días. Corominas, siempre espléndido en los prolegómenos pero fatal en la etimología, se deja seducir por el nombre de un caballero ibérico, “Celso”. La realidad y su única interpretación científica, la toponimia real o descriptiva, nos dice que concurre inicialmente la voz ibérica ZELAI -reparemos en la /z/ inicial- que significa llanura o planicie; después SOO, prado, que enlaza con elipsis al final del primer término: ZELA(i)SOO; este SOO es un bello ejemplo, pues procede de SORO, prado, de debilitamiento y caída de la vibrante simpe en posición intervocálica (f.f.e. nº 8). Por último, el pronombre relativo N que al final de la construcción suele tomar la forma NA, el que es, el que está, el que tiene; se une tambien con elipsis al final del primer término: ZELASO(o)NA. Las sílabas 2ª y 4ª (LA, NA) están regidas por la misma vocal, lo que da pie a la actuación de la haplología que, además, consigue la disminución silábica: de celasona (4) a cel(a)sona (3). La traducción será “La que tiene una llanura y prados”.
Interesante también entender el paso medieval de CELSONA a SOLSONA. La /z/ inicial de ZELAI tuvo con toda seguridad pronunciación fricativa apicoalveolar y de Zelsona se siguió Selsona. Un simple fenómeno de asimilación vocálica desde e-o hasta o-o nos llevó a Solsona.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es