Toponimia
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Parzán es el último pueblo español en la carretera que por el túnel Bielsa Aragnouet nos comunica con los franceses. Precisamente, al llegar a Parzán, al costado derecho de la carretera que discurre paralela al río Barrosa (éste más a la derecha), nos encontramos con un pequeño complejo comercial en el que sobresale la gasolinera, junto a la cafetería-restaurante, la tienda, etc. Ni que decir tiene que una buena parte de su clientela baja desde la otra parte de la frontera, y que el influjo de nuestros vecinos ha sido determinante hasta Bielsa y bastante sensible en Ainsa. Entretanto, en otros valles llevamos décadas esperando cosas realmente difíciles, tales como que la gente diga sinceramente lo que piensa, que se alcance un acuerdo muy mayoritario y firme, que los políticos aúnen discurso y eficacia…
De Parzán dice Adolfo Castán, Lugares del Alto Aragón, lo siguiente: “Aldea de 61 habitantes a 1.144 m de altitud. Tenía 99 habitantes en 1.900. Situada en la confluencia de los ríos Real y Barrosa, junto a la carretera A-138. Podría documentarse como Partanai en 1.137. Casco urbano en suave declive, prácticamente renovado tras los graves desperfectos ocasionados durante la Guerra Civil. Algunas construcciones aprovechan materiales antiguos, como una casa con chimenea cilíndrica al suroeste que incrusta cabecero de ventana de 1.690. Asimismo aparecen aquí las primeras casas con influencia francesa, escalonando la terminación de los paños cortos. La parroquial de San Lorenzo es de nueva planta ejecutada en los años 1.950. Antaño se explotaron minas de galena argentífera cuyo material se trasladaba a Francia para su transformación. Molino harinero arrasado durante las obras modernas de ampliación de la carretera Bielsa-frontera francesa; estaba situado encima de la gasolinera. En el Medievo un hospital desparecido facilitaba el paso fronterizo. Al Norte de la localidad se ha preparado un “Circuito Minero en los Altos Valles del Cinca” con paneles informativos sobre las minas de plomo, hierro y plata, cerradas definitivamente en 1.970. En el año 2.008 se está levantando obra nueva entre el casco tradicional y la carretera”. Adelantamos que, sobre los dos párrafos subrayados, va a girar la interpretación del topónimo. Pero antes, mi visita y visión.
En Parzán, dejando a la derecha aquel pequeño complejo comercial, giramos a la izquierda y entramos en la vía que nos lleva hasta una calle única, llana, paralela y algo elevada sobre la carretera y el río. Aún nos queda otra línea paralela que marcar sobre el plano, la cuarta: Todo el pequeño llano de Parzán esta limitado por el Norte por el pie de las Ripas de Angorrués que se precipitan sobre el suelo con gran inclinación. Desde el pie de esas ripas hasta las casas del lugar, un pequeño espacio alargado y llano, quizá con leve inclinación hacia las casas y la calle; otrotanto cabe decir del espacio entre la calle y la carretera, con algunas viviendas y con desnivel más acusado, sin llegar a ser grande. En resumen, desde el pie de las ripas de Angorrués, un llano con ligero declive abarca el pueblo, la carretera y el río.
Parzán, antiguo Partanai, es un topónimo muy sencillo y claro, pero que nos va a deparar dos notas muy interesantes. La primera es la voz ibérica parte, que vale por “parte, porción de un todo”.Sí, ya sé que el hispanorromano convencido, fanático, pero que, quiérase o no, comulga con los romanos soberbios, inmorales, fascistas y genocidas y de los iberos traidores a su pueblo y cultura, se rebelará contra mí, me tachará de ignorante pensando que no conozco la voz latina pars-tis, o que soy incapaz de comprender que, de figurar parte en un topónimo ibérico, estaremos ante un préstamo del latín. El problema que tiene este hispanorromano visceral, el que ha despreciado, borrado y silenciado la maravillosa cultura ibérica, es que parte y mil voces más figuran escritas en textos epigráficos ibéricos con gran anterioridad al desembarco de los romanos en Ampurias (218 a. de C.). Véase por ejemplo el vaso de Lliria “El caballo”, en el que figura el párrafo NIPARTE, “siempre parte o partícipe”.
A parte viene a unirse la voz ani, llano, cosa llana, mediante la consabida elipsis al final del primer término: part(e)ani > partani. Ani es, asimismo, voz bien conocida, una nueva ayuda de nuestro trabajo anterior: recordemos el estudio del topónimo Santanií, en Mallorca, lugar desde el que se contemplan los “inmensos llanos de Santanií” que se extienden hacia el mar; tal extensión se pondera mediante el intensivo de repetición ani-ani (Tza-anta-ani-ani > s(a)ant(a)ani(an)i, mientras los romanistas deforman, primero, el topónimo hasta Sancti Annini y, después, hablan del “Cordero de Dios” para un lugar que ya existía 3.000 años a. de C. Ya hemos alcanzado una composición entre parte y ani que significa “parte llana”. Pero nuestros antepasados afinan la descripción de forma maravillosa: incorporan un tercer elemento, la voz ai, declive, con lo que llegamos a completar partan(i)ai, forma recogida en el documento de 1.137, con el significado literal de “la parte llana en declive”. En siglos posteriores, la pronunciación rápida, el afán de abreviar, provocó el apócope de estas dos vocales finales, volviendo a Parzán.
Pero hablábamos de dos notas interesantes. La segunda viene marcada por la diferencia entre Partán (variante explicada hasta el momento) y Parzán. ¿Qué ha ocurrido?. La explicación también la hemos dados repetidamente en el pasado. La lengua iberovasca disponía de tres series de consonantes oclusivas: sonoras (b,d,g), sordas (p,t,k) y aspiradas (ph, th, kh). El paso de la sorda /p/ a /f/ a través de la aspirada /ph/ tiene multitud de ejemplos (siempre que en Toponimia ibérica aparece la /f/ es de esta procedencia: Fantoba, Fet, Finestras, Cofita, etc.). Pero son contados los casos paralelos en que la sorda /t/ da /z/ a través de la aspirada /th/. Parzán es un ejemplo magnífico digno de recordar: Partán > Parthan > Parzán.
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