Toponimia
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Solemos afirmar con frecuencia, y es una de las tesis fundamentales de mi obra, que la lengua ibérica y el vasco antiguo son una y la misma lengua, que entre ellas hay identidad absoluta. En la vertiente positiva de esta afirmación, la naturaleza aglutinante de ambas y las normas de acomodación o sutura; un mismo principio informador cual es la enorme fuerza de compresión interna que busca el acortamiento con disminución silábica; los fenómenos fonéticos bien determinados que están detrás de tal compresión, y cuyo conocimiento permite el camino hacia atrás o método reconstructivo, en el que partiendo de “lo que queda” y recuperando lo elidido llegamos a la “lectura” inicial y completa; un mismo léxico, en fin, para toda la Epigrafía y la Toponimia Ibérica, cualquiera que sea el lugar en que se manifieste. En la vertiente negativa, las diferencias o, si se quiere, las particularidades del vasco antiguo son tan pocas y de tan escaso calado que confirman plenamente aquella tesis.
Precisamente, para el estudio de Otsogorrigaina, es esencial e inevitable tratar de estas diferencias. Las de mayor significación, pese a su escasa trascendencia, son estas tres:
1. El desconocimiento en lengua ibérica del signo
2. La inexistencia de las consonantes dobles ts, tx, tz, tan habituales en vascuence.
3. La variante egin para un verbo tan fundamental como el ibérico in.
Nos detenemos muy brevemente en las llamadas consonantes dobles. Tienen su origen en la fricativa-dorsodental-sorda /s/, en la fricativa-palatal-sorda /x/ y en la fricativa interdental-sorda /z/ de la lengua ibérica; son una manifestación más de un rico consonantismo en buena parte perdido y muestran, por ello, la estrechez del alfabeto ibérico que carece, por ejemplo, de letras para los fonemas correspondientes a nuestras y, j, x o ch. Unos pocos ejemplos (los hay a cientos) aclararán la cuestión:
tza: montón, gran cantidad, abundancia de. Estela de Benasal : za.
zakatz: torpe, brusco, mohíno; Tésera “El cerdito” de Viana (Navarra): zakaz.
eitzu: dejar. Plomo de Monreal del Campo (Teruel); eizu.
okotz: hocico. Tésera de Slania: okoz.
guketz: de nuestra parte. Estela del Valle de Ourique: gukez.
iartze: otoño. Inscripción de Ourique IV: iarze.
uretza: cantidad de agua. Plomo de Pech Mahó: ureza.
artz: quedar embarazada. Plomo de Pech Mahó: arz.
ipotsu: rencor. Plomo de Pech Mahó: iposu.
iritsi: llegar, alcanzar. Tésera “La mano”: irisi.
Explicado el fenómeno, podemos ya plantear el problema del topónimo que nos ocupa. La lengua ibérica poseía la voz oso, con un doble valor: como adjetivo y adverbio valía por “perfecto, entero, completo, enteramente, completamente, muy” y otros similares; como sustantivo significaba “lobo”, y así pudimos comprobarlo al estudiar el topónimo Oso (de Zinca, en Huesca), que aparece documentado ya en época muy antigua como Oso u Osso, y que debíamos traducir por “lobos”. ¿Cuál de esas dos acepciones es la que está presente en el primer elemento de la composición ibérica Osogorrigaina?.
La documentación antigua no nos va a resolver el problema pero sí da legitimidad a su planteamiento. En efecto, el Madoz (en 1.845-50) habla de Osogorri, si bien es cierto que ya por aquellas fechas encontramos lecturas con Ochogorria y Ochogorrico gaina. Debo reconocer que, hoy en día, la traducción general al castellano es la de “El alto de los lobos rojos”, con alguna vacilación hacia “El alto del raso de los lobos”; y es que hay algo de emotivo, sugerente, con fuerte carga imaginativa en esas supuestas manadas de lobos rojos campando por sus respetos en un medio asilvestrado y duro… Mucho me temo que, una vez más, la Toponimia real va a acabar con fantasías y cuadros pseudos-románticos. Ya tiene un largísimo historial de santos y santas “por casualidad” desenmascarados, de caudillos y guerreros moros apeados, de princesas y esclavas. Hasta el Cordero de Dios (Sancti Annini) que pacía por los llanos de Santaníi (Mallorca) hubo de ceder su predicamento y puesto a favor de una rastrera y monótona descripción del lugar: “gran cantidad de llanos y llanos”.
Otsogorrigaina es un topónimo moderno o, al menos, mucho menos antiguo que Osogorri. Hay demasiado perfección formal, con su terminación genérica gain y su artículo determinado a; y, sobre todo, hay contaminación localista en ese otso, supuesto lobo. Porque la comprobación sobre el terreno de la interpretación hallada resuelve de raíz cualquier duda. La montaña, con sus 1.916 m., en la línea fronteriza, formando la corona del valle de Mintxate, juntamente con Lakartxela y Barazea, presenta una coloración (excluidas las manchas verdes de sus praderíos) en sus abundantes frentes rocosos “completamente roja”. Y si no lo recuerda así o no puede desplazarse a contemplarla desde lejos, una conexión con Internet le brindará abundantes fotografías bien ilustrativas, como por ejemplo, en la web mendiak.net. Otsogorrigaina > oso gorri gain a y antes Osogorri debe ser traducida por “la altura completamente roja”.
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