Oncins (175)

Altoaragonesa

Una mañana asoleada y tranquila de junio, no excesivamente calurosa, poco antes del mediodía. Como era de esperar, el problema de la comunicación es grave, no se ve un alma. Dejo el coche a la entrada de Oncins; un bar restaurante tiene puesto el cartelito de abierto pero la puerta está cerrada; al fin, puedo tomar un cortado y charlar. Sigo subiendo hasta lo más alto del lugar: una explanada, unos campos de cultivo antes que la falda de la montaña cubierta de carrascas se ciña al inmenso cinturón de roquedos y farallones, verticales, historiados, coloreados, de la Peña Montañesa (se dice que el nombre primitivo era el de Peña de Asán, al igual que el monasterio de San Martín de Asán, primero, y de S. Victorián después). Ermita de La Magdalena. Veo en las inmediaciones alegres canalillos de agua y oigo, más alejado, el murmullo de otros. Por la derecha, y en corto recorrido, la ruta al Monasterio, pasando por Turians. Pero sobre todo, me interesa y observo detenidamente la configuración del terreno, la conjunción de crestas y cerros encerrando depresiones o planos, y barrancos, y lugares…

De Oncins nos dice Adolfo Castán, Lugares del Alto Aragón, lo siguiente: “Aldea de 16 habitantes, a 1.073 m de altitud. Tenía 37 habitantes en 1.970. Acceso desde Los Molinos. Menguado doblamiento plantado bajo el abrupto perfil meridional de Peña Montañesa. Viviendas independizadas de pequeño volumen, con gruesas piedras sobre los tejados como protección contra las violentas rachas ventosas que soplan desde el montañón. Uno de los inmuebles posee un interesante vano decorado con barras y cruz de Sobrarbe; otro lleva la fecha de 1.602. La ermita de La Magdalena fue construída en el siglo XVII: nave y ábside rectangulares cubiertos con bóveda de cañón; puerta con arco de medio punto en bloque monolítico”.

Voy a intentar una descripción del terreno que adopta, en líneas generales una forma de vaso, señalando los límites, tres, y el espacio contenido en su interior. Y para que tal descripción resulte más comprensible adelantaré dos notas importantes. En primer lugar, el espacio se configura en un plano fuertemente descendente: los lados del vaso tienen una altitud muy dispar con el superior en alturas que rozan los 2.200-2300 m, y el inferior en torno a los mil. El fondo del vaso o unión entre ambos lados, como no puede ser de otro modo, mostrará un acusadísimo perfil descendente de norte a sur. En segundo lugar, la voz ibérica onzi (vasco antiguo ontzi) significa vaso, receptáculo, recipiente de cualquier clase.

Por el lado norte, y en sentido oeste-este, iniciamos la señalización en el llamado Picón d´o Libro (2.291 m de altitud), situado en la crestería máxima de Peña Montañesa que aquí se inclina claramente hacia el sureste; luego por La Tuca (2.267 m), Peña Mediodía y Peña Madrí, hasta el límite entre los términos de El Pueyo de Aragúás y La Fueva. Por el sur y en igual sentido, una línea montañosa discurre paralelamente a la anterior, con una altura muy inferior (escasamente sobrepasa los 1.000 m) y un aspecto bien distinto por la abundante vegetación que la cubre. En las proximidades del Cinca se inicia con alturas modestas (Tozal de San Miguel 915 m), Picalbé, Latar , Os Serraus (918 m), Sierra Chica, A Cruceta y Zerro l´Afeitau (1.047 m); todas las aguas de la vertiente norte de esta sierra son recogidas por el Barranco Sierra, que en su discurrir hacia el SE. acaba abriéndose paso entre la sierra descrita y la llamada Serreta de Arro. Volvemos a la línea norte, al punto en que la dejamos: desde la Peña Madrí pero ahora hacia el sur, encontramos el Picón del Gradiello, no lejos de la Espelunca de San Victorián; seguimos descendiendo hasta los roquedos de Los Tormos, con la Cruz Blanca y la Espelunca de Los Moros; más al sur, La Paúl todavía sobrepasa los mil metros (1.037), y cerca ya del barranco Sierra, el tozal de Besaún (898 m). La boca del vaso o lado abierto la trazaríamos entre las elevaciones al suroeste de Torrolisa (Os Sarraus), a través del llano de este lugar hasta ganar altura y llegar nuevamente al Picón d´o Libro. Puesto el vaso en posición vertical, quedarían en el fondo el Monasterio de San Victorián y la aldea de La Muera; en el centro El Plano; también centrado pero al lado izquierdo, Los Molinos, y próximos a la boca, Oncins y Torrolisa.

Onzins es una composición ibérica formada por tres elementos o formas de las más usuales o conocidas. Además el esquema constructivo tiene gran semejanza con los de Ansils, Suils, Bibils y, especialmente, Alins. El primero es el ya mencionado onzi, que tiene variante unzi, y que aparece en una larga serie de textos epigráfícos ibéricos conocidos como Iunstir (ire unzi tira, “a Ti (la Diosa Madre) el vaso de nuestras súplicas o demandas”). A onzi viene a aglutinarse el verbo más importante de la lengua ibérica, in (ya en vasco antiguo egin), que tiene multitud de acepciones, principalmente, hacer, hacerse, criarse, producir, formarse… La acomodación se efectúa con elipsis al final del primer término con encuentro de vocales iguales:onzi-in > onz(i)in. Por último, la voz iz, que según Astarloa significa cima (parte alta); se formaría un onzin-iz que se resuelve con haplología de la segunda i: onzin(i)z, y pronunciación fricativo-apicoalveolar de la z final. Observemos el perfecto paralelismo constructivo con Alins (ala in iz > al(a)in(i)z ). El significado de Oncins no puede ser más claro: Se forma un vaso en la cima.

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