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Macrotopónimo Ispania.

Ibérica

PREÁMBULO.- Todo, empieza con la A de Aglutinación y sigue con los fundamentos científicos de la lengua ibérica: concepto de aglutinación y sus nomas, fuerza de compresión interna y fenómenos fonéticos de elisión y de simple alteración, la construcción intelectual o engendro lingüístico como resultado de lo anterior, el método deconstructivo, léxico iberovasco. Si no se atienden estos fundamentos puede haber algún acierto puntual en el entorno, pero el gran problema, el objetivo máximo, la INTERPRETACIÓN de la lengua ibérica, seguirá sin resolver.

Es obvio que los grandes informantes sobre el mundo ibérico son los propios iberos en sus textos epigráfivos, topónimos, antropónimos y etnónimos. Pero, si no somos capaces de entenderles, la audacia dará paso al método comparativo externo, al emparejamiento de cromos, a la “semejanza igual a error”, a la “latinitis” y, en definitiva, a una inmensa marea muy negra y espesa de despropósitos. Un ejemplo entre miles: En el sarcófago de La Vispesa aparece escrito NEITIN que, por el lugar y otros signos, se ha dado en considerarlo un dios. Como quiera que otros iluminados se toparon con el dios IUNSTIR, o con BOTOTAX, o que incluso se llamara a capítulo a Astarté o Melkart, “es evidente” que los iberos eran politeístas.En verdad, NEITE + IN > NEIT(e)IN, “que se cumpla el fin”. Comparemos ahora con la fe y amor hacia La Madre que se reflejan en este texto del Plomo de Val d´Uxó: “Quiero ir al cielo ¡óyeme!, que nos volvamos a encontrar ¡óyeme!, quiero contemplarte ¡óyeme!, eternamente ¡óyeme!, quiero ocupar mi sitio en la altura ¡óyeme!. Quiero del bosque de la colina las yemas de árbol más tiernas, quiero coger las bellotas de las ramas, el muérdago que, en exceso, mata en ocasiones; y el agua que se filtra en la caverna”.

Mi trabajo es esencialmente lingüístico y no voy a entrar en el amplio, confuso y, a menudo, contradictorio, de las grandes migraciones, genes y razas, guerras e invasiones… Por tanto, guardaré silencio.

ISPANIA.- Se afirma constantemente que “Hispania es el nombre dado por los romanos a la Penísula ibérica”. Se trata de una verdad a medias, esto es, de una gran falsedad. Cierto que los autores clásicos grecorromanos se refieren constantemente a Hispania, pero no menos cierto es que ellos se limitaron a escribir -con /h/ espuria incluída- lo que oían pronunciar a los naturales. Porque ISPANIA es una construcción lingüística propia de la lengua ibérica, como demostraremos enseguida.

Por otra parte, Estrabón, Geografía, Libro III, 19, Nombres de la Península, nos dice: “toda la región de más allá del Ródano y del istmo configurado por los golfos galáticos fue denominada Iberia por los autores antiguos, y en cambio los contemporáneos le señalan como límite el Pirene y dicen que Iberia e Hispania son sinónimos…”. De sumo interés: Estrabón publicó su obra en los primeros años de nuestra era, probablemente el año 7; en este momento, y pese a los grandes progresos del latín en las áreas más romanizadas, una ingente cantidad de pobladores autóctonos todavía conservaban la lengua ibérica hablada y escrita, y si “los contemporáneos” conocían el significado del topónimo Iberia -recordemos, “la orilla del norte”- afirmar que Ispania era un sinónimo nos brinda la solución en bandeja. Veamos:

La lengua ibérica cuenta con la voz IZPAZ, costa, con doble consonante fricativa interdental sorda que, habitualmente, pasa a pronunciarse como fricativa apicoalveolar sorda, esto es, ISPAS (fenómeno fonético de simple alteración nº 11 de “Nosotros, los iberos”). A ella viene a aglutinarse el pronombre relativo N, la que es, la que está, que enlaza siguiendo la regla general de la aglutinación, la elipsis al final del primer término, de modo que ISPAS + N > ISPA(s)N. En adelante, al igual que en IBERIA-hay homonimia parcial- aparece IPAR, norte, que enlaza por yuxtaposición, dado que la elipsis borraría un elemento completo, el pronombre relativo N (yuxtaposición, caso c). En ISPANIPAR, como en IBERIPAR, decae la oclusiva bilabial sorda /p/ en posición intervocálica, ISPANI(p)AR (f.f. de elisión nº 6). Por último, sigue el paralelismo, hay enmudecimiento de la consonante final: ISPANIA(r), (f.f. de elisión nº 9). El significado literal sería “la que es costa del norte” o “la costa que está al norte”; la traducción propia al castellano: “la costa del norte”. Sí, Iberia e Ispania son sinónimos; hay incluso homonimia parcial. Si lo necesitaba, se refuerza la procedencia norteafricana de los iberos, al tiempo que se retratan como elucubraciones sin fundamento científico-lingüístico tantos y tantos retazos imaginativos.

AMOR/DESAMOR.- Tengo un nutrido grupo de seguidores/amigos en Facebook, desde la A de Abad y Alfonso a la Z de Zod, cuyo apoyo constante tiene para mí un inmenso valor que agradezco en el alma. A ellos en especial quiero dejarles un bello obsequio. Se trata de la traducción de un texto epigráfico bastante extenso, sumamente curioso, inefable y, en algún momento, alegre y hasta genial: son las ideas de nuestros antepasados en torno al sexo, las sensaciones en el acto, en el momento inmediato posterior y en el largo plazo; y consejos…. No es un regalo de despedida pues seguiré publicando para ellos en mi perfil, al tiempo que suspendo temporalmente mis aportaciones al grupo de Epigrafía y Cultura pues he de dedicarme de lleno a la edición del volumen II de “Nosotros, los iberos” que lleva como subtítulo “La vida de los iberos según los textos epigráficos”. Muy poco para los “eruditos” de uno y otro signo: quizá, que reparen en la magnitud de la distancia.

He aquí la traducción del X de X (X): “En un catre hecho de ramas, grosero, mínimo, muchas penetraciones, el macho hace muchas penetraciones, con la vista turbada, como enloquecido. Concluído el orgasmo, un sueño negro y débil, un ánimo temeroso, realmente temeroso, abotargamiento y malestar profundo. La renuncia al coito mejora al enfermizo imberbe, sin el debilitamiento que supone la coyunda a los que mueren de placer.

También a tí te digo: hazme caso, abstente del calentamiento, muestra alegría, duerme castamente, sin tocamientos. El deseo libidinoso no es bueno, el coito insistente debilita. Acuérdate: la pasión acaba en breves momentos. Para próximas ocasiones, que duerma mejor el varón, sin que el miembro viril alegre el ojo tantas veces, despertando ese hervor que consume”.

 

Fotos.- Izq.: Mapa de Iberia según Estrabón con los Pirineos de N a S.Drcha.: Mapa de Ispania (la costa del norte) tras la reforma de Diocleciano que incluye la Tingitania de la costa sur.


 



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