Toponimia
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Desde el Eje Pirenaico tomamos la carretera que se adentra en la hermosa hondonada de La Fueva. Dejaremos a la derecha el desvío hacia Charo y El Pocino; muy pronto, por la izquierda, la ruta a Lascorz (municipio de Foradada del Toscar), y después, también por la derecha, encontramos la señalización que reza Alueza – El Humo de Rañín; esta misma grafía subrayada cuando llegamos al lugar. Volvemos a la carretera general de La Fueva y, tras pasar por el centro de su capital Tierrantona, ignoramos el desvío a Buetas –Solipueyo – Rañín, primero, y a Morillo de Monclús, después. Ahora dejaremos la vía principal que continúa hacia Formigales – Troncedo y Graus, y salimos por la derecha en dirección a Palo; antes de llegar a este lugar, cabeza de municipio, nuevo desvío a la derecha señalizado con El Humo de Muro, y el mismo texto poco después. No hay duda: en las carreteras triunfa El Humo de… En la bibliografía pertinente, con carácter general parece haberse impuesto la misma grafía: así en La Gran Enciclopedia de España consta El Humo de Muro y El Humo de Rañín, con la descripción de “lugar” o “aldea del municipio de La Fueva (Huesca)”; en Comarca de Sobrarbe El Humo de Muro y el Humo de Rañín; exactamente igual en la obra de Adolfo Castán Lugares del Alto Aragón, y otras más. Pero pronto empiezan a parecer las variaciones: El Humo, sin complemento alguno, como aldea de Muro de Roda, y Humo de Rañín, sin el artículo, en la Geografía de Aragón de Guara Editorial; L´Umo de Muro y L´Umo de Rañín en la obra de Joaquín Guerrero Sobrarbe, Ordesa y Monte Perdido; en edición que pretende ser bilingüe, el Mapa Excursionista de Ribagorza 3/6, comprensivo de A Fueba, Sierra Ferrera, Zerbín, Baziero, Sierra d´Esdolomada, Campanuel y Río Ésera, leemos El Humo de Rañín/ O Lumo Rañín y El Humo de Muro/ O Lumo Muro. Por último, si atendemos al lenguaje hablado, la confusión se reproduce: cierta preponderancia de la forma El Humo, especialmente entre los foráneos, pero manifestaciones puntuales de todas las demás. Debo advertir, no obstante, que entre aquellos que están mentalizados o son conscientes de haberse creado un considerable bodrio, son muchos los que aseguran que la forma correcta es Lumo, tal como me sucedió con un informante del de Rañín que, además, me facilitó de modo categórico su propia etimología: “Se debe decir Lumo porque viene de loma…”. Ni se me ocurre rechistar…
“El Humo de Rañín (es una) aldea de 12 habitantes; a 720 m de altitud. Acceso desde la carretera de Tierrantona. Núcleo situado en amplia llanura, distribuido por la calle de San Juan, que tiene pasadizo abovedado al oeste. Sobresalen: casa Solano, al lado de un paso abovedado, dispone de aspilleras, y casa Fantova, con torre cuadrada de bajos abovedados y tres plantas encima, la superior dotada con aspilleras. Oratorio de San Juan (ss. XVII – XVIII): nave y ábside rectangulares; puerta adovelada y espadaña de un ojo en los pies. Ermita de San Juan y San Acisclo que parece del siglo XVIII: nave con pares de madera y ábside rectangular abovedado y puerta adovelada en los pies” (Adolfo Castán, Lugares del Alto Aragón).
En toda La Fueva la riqueza ganadera es importante: vacuno (terneros), porcino, ovino… Hay muchas explotaciones familiares pero, en algunos casos, la dimensión es superior: en la contigua aldea de Buetas, me cuentan, hay una de porcino de unas 4.000 cabezas en ciclo parcial. Preveo que en Lumo de Rañín la situación será similar. Al llegar, a la derecha de la carretera, viviendas, edificios de apoyo, granjas, durante un largo trecho, inesperado para el censo poblacional referido; en cambio, la llanura del lado izquierdo muestra cultivos preferentemente de cereal y no tiene en absoluto el tan familiar ambiente ganadero, de prados, silos, cuadras… Oigo un tractor a lo lejos y me aproximo: Un hombre sobre la máquina, ayudado por otro en el suelo, están aportando la comida para un buen número de reses. En una breve parada, me aclara la situación: en este llano que veo a la izquierda el suelo es más árido y bruto; en cambio, hacia la derecha, detrás de las casas del pueblo, se inicia un suave descenso hacia el barranco Lumo (río Campanuel, según él), donde la tierra es muy distinta: fresca y suave, especial para cultivos herbáceos y forrajeras, sin que falten huertos y frutales. Observo que la extensión es muy amplia pues se une a las fincas de Solipueyo y Tierrantona.
Lumo de Muro está descrito en la obra de A. Castán Lugares del Alto Aragón del modo siguiente: “Aldea de 20 habitantes; a 600 m de altitud. Población situada en la hondonada de La Fueva, a orillas del barranco de La Usía. Acceso desde la carretera Tierrantona – Mesón de Ligüerre de Cinca. Casa Clavería es volumen destacado con vivienda de los siglos XVII – XVIII, pues en el dintel de la puerta figuran los años 1.620 –“MCCCCCCXX” – y 1.772. La mansión incluye el oratorio particular de San Salvador. Muy disminuido su volumen con respecto al plano originario –reformas – y una torre circular , menuda, un tanto ahogada por adosamientos, pero con moldes comunes en Sobrarbe durante el siglo XVI; abre aspilleras y notables ventanas de piedra. La fachada meridional de la mansión está alterada por adosamientos recientes de elementos decorativos dirigidos al turismo. Molino de Clavería en el barranco La Usía: balsa, sala industrial con una muela y cárcavo impenetrable por densa masa vegetal y aterramiento. Un segundo molino frente a la población, en la frontera de un gran campo y el barranco de La Usía; es más antiguo pero tiene el tejado hundido; se nota la balsa y el cárcavo es inaccesible por maleza y barro; la puerta es de dintel sobre ménsulas”.
Cuando llegamos a la aldea y ya entre las casas, tampoco tenemos de momento idea clara de la configuración del terreno: la ruta, si bien ha atravesado el Usía y transcurrido junto a él, se eleva un tanto al llegar a los edificios que se emplazan en la ladera de un pequeño cerro que se encarama en dirección a Ministerio. Pero, mirando hacia el suroeste, sur y sureste, el panorama cambia totalmente. Una estrecha línea de campos bordea el Usía, casi al mismo nivel que el cauce y parecen tierras fácilmente inundables; a ambos lados (por el “segundo molino”, conocido como Molino de Palo) y hasta llegar a la desembocadura del barranco de Formigales, más terrenos frescos y sazonados…
El análisis morfológico de este topónimo nos va a permitir fijar su forma exacta que, adelantamos, es Lumo. Junto al morfológico, el fonético y el semántico nos darán seguridad plena. Procedamos con orden: Lumo es una composición ibérica integrada por dos formas, un sustantivo y un adjetivo. El primero es una voz bien conocida, lur, tierra, suelo vegetal, de frecuente aparición en toponimia. Por ello precisamente debemos detenernos haciendo alguna consideración: la toponimia y también la epigrafía ibéricas nos presentan las voces alur y su variante alor, con similar significado: campos, tierras de labor. Resulta de ello que uno de los fenómenos fonéticos que con suma frecuencia aparecen en toponimia, la aféresis de vocal inicial silábica (alur > lur) se manifiesta ya en origen como expresión de la fuerza de compresión interna que busca el acortamiento con disminución silábica, y en un próximo capítulo, al estudiar Alujan (Luján), tendremos ocasión de comprobarlo. La segunda forma, el adjetivo, es umo que, calificando a tierra (femenino) debemos traducir por “sazonada”. Observemos la regularidad perfecta en la aglutinación o sutura: lur+umo da lu(r)umo, por elipsis al final del primer término; acto seguido, lu-umo da lumo , por encuentro de vocales iguales. Por último, la precisión más absoluta en la descripción: las tierras bajas de Lumo de Rañín, junto al barranco de Lumo o río Campanuel, al igual que las de Lumo de Muro, junto al Usía, comparten una misma condición derivada de la proximidad de los cursos de agua y de los niveles freáticos (manantiales aparte): son tierras frescas en las que fácilmente se alcanza el grado de sazón y de humedad que precisan determinados cultivos. En conclusión, Lumo significa “tierra sazonada”. Como siempre, me quedo con una sensación agridulce, y es que el saber puro, el estudio, da conocimiento y verdad, pero no tiene la virtualidad de cambiar las cosas, y me temo que el galimatías, la confusión, la hiriente castellanización que introduce la adulteración y la falsedad, seguirán campando por sus respetos dentro de cien años y, quién sabe, si para siempre…
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