Toponimia
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Hemos visto, al tratar del topónimo Iberia, cómo los formalistas encuentran la pareja de este cromo en el supuesto río Hiberus. Sin embargo, con respecto a Ispania (en lengua ibérica el signo h no existe), el emparejamiento es mucho más difícil, lo que provoca una larga serie de “soluciones” a cual más disparatada. Anotamos algunas de ellas con cierta ligereza (la cuestión carece de importancia) y formamos el elenco siguiente:
- De los reyes Hispalo y su hijo Hispano, legendarios.
- Hispania es una deformación de Hispalis, palabra ibérica que significa “la ciudad de Occidente”.
- De Ophiussa, “tierra de serpientes”, según los griegos.
- De span, “oculto”, según la lengua fenicia.
- De Hi-shphanim, del hebreo sphan, quizá conejo (damanes).
- De ezpaina, labio (también borde), según el euskera.
- De iz + bat (pat) + enia, “un lenguaje es el mío”.
- De iz + bania (pania), “que divide los mares”.
Dejémonos ya de acertijos e iniciemos el estudio del topónimo ibérico Ispania con todo rigor. Tengamos siempre presente que Estrabón, Geografía III, 4, 17, afirmaba que “los (autores) contemporáneos le señalan como límite el Pirene y dicen que Iberia e Hispania son sinónimos”.
Análisis sintáctico: La composición Ispania consta de tres elementos, nombre + pronombre relativo + nombre. Sabido es que las construcciones con el pronombre relativo ibérico n introducen expresiones “el que” o “la que” más la forma correspondiente del verbo auxiliar izan, generalmente elíptico, y con valores varios: es, está, tiene, parece…
Análisis morfológico: El primero de los nombres citados es ispas, que aparece asimismo en otros topónimos vinculados, como Izpaster e Ispalis, y que vale por “costa”. El pronombre relativo n, regido por costa, forma la expresión “la costa que está o la costa que es”. El segundo de los nombres es ipar, norte.
Análisis fonético: El primer enlace ispas + n se resuelve con elipsis al final del primer término, ispa(s)n. El segundo, ispan-ipar se efectúa mediante yuxtaposición necesaria. En ispanipar observamos la repetición de la oclusiva bilabial sorda en posiciones muy próximas, por lo que decae la segunda por haplología; o bien, ésta misma en posición intervocálica, igual que ocurría con iberipar, nueva causa de desaparición; en cualquier caso llegamos a ispani(p)ar. Por último debemos mencionar el enmudecimiento de la consonante final, ispania(r).
La traducción es muy clara: “la costa que está al norte” o simplemente “la costa del norte”. Si Iberia significa “la orilla del norte” e Ispania “la costa del norte”, habremos de concluir que, al menos en esta ocasión, Estrabón estaba en lo cierto.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es