Toponimia
Inicio > Toponimia > Ibérica > Ispalis
Al decir de José R. Pellón, Íberos, entrada Hispalis, éste es el “nombre dado a Sevilla por los romanos, que se deriva de un nombre anterior fenicio-cartaginés, Spali, que quería decir “baja” o “plana”. Realmente, es difícil congregar en solo dos líneas tantos errores. Siguiendo a Juan L. García Alonso, La Península ibérica en la “Geografía” de Claudio Ptolomeo, páginas 71-72, se documenta en Plinio (Hispal y quizá también aluda a esta ciudad cuando habla de unos spallenses), Mela y Silio Itálico, aparte de S. Isidoro, César (por quien la ciudad se convirtió en colonia Iulia Romula) y Estrabón, para quien es la tercera ciudad andaluza (tras Gades y Corduba), una magnífica colonia romana, de gran importancia para el comercio, facilitado por su situación en el Guadalquivir. Augusto la convirtió en capital de uno de los cuatro conventos béticos. Según este mismo autor, “se identifica con Sevilla, donde han aparecido muchos restos de Hispalis, y añade que, respecto a su etimología “poco podemos decir. Podría ser indígena o incluso, como mera posibilidad teórica, púnico”.
Cuando se dice que Ispalis se identifica con Sevilla se comete un gran error que consiste en confundir la parte con el todo: Ispalis era una parte del conjunto de Sevilla, precisamente el puerto o costa de la ciudad, situado en la margen derecha del Guadalquivir, aguas abajo, y muy cerca de su desembocadura. Pero más a la derecha, hacia el interior, se extendía la población ibérica de Sebilla, cuyo primer poblamiento proviene del período neolítico. Esta claridad conceptual -Ispalis una parte de la ciudad y Sebilla la ciudad-conjunto que la incluye – es primordial para poder afrontar otras cuestiones varias.
En época prerromana, y sin duda durante los miles de años transcurridos desde la llegada a Iberia de los primeros seres civilizados, el océano Atlántico formaba un enorme golfo que se aproximaba a Sevilla, de modo que el Guadalquivir desembocaba tan solo a 10 Kms. de la ciudad. Dado que el río era navegable para barcos grandes y pequeños, la ciudad tenía puerto con influencia de mareas y temporales y, por ello, bien podía hablarse de costa.
Aproximemos más el foco. El viernes 5 de julio de 2.013 publicaba la Red Española de Historia y Arqueología (REHA), bajo el sugerente título ¿Fue un tsunami el que devastó el antiguo puerto de Híspalis?, un artículo explicativo de los trabajos de excavación de Angel Tabales y su equipo multidisciplinar en el Alcázar y Patio de Banderas. “En la zona portuaria pasó algo catastrófico. Hay evidencias por las excavaciones realizadas de que el agua arruinara los edificios situados en todo el contorno sin que posteriormente se reconstruyeran”, asegura Tabales. Según los estudios, la zona afectada por el agua sería un antiguo puerto situado cercano al Patio de Banderas. “El golpe fue severo y nunca llegó a a recuperar el esplendor urbanístico previo”, afirma Tabales. Y es que el equipo de este arqueólogo … emplaza cerca del Patio de Banderas … las “zonas exclusivas de aquella Híspalis” que estarían entre el Palacio Arzobispal y La Alfafa. Todo ello gracias al río Guadalquivir. El puerto de Híspalis era el más importante de la Bética suministrando a la Annona todo el aceite de las legiones. En este sentido las excavaciones realizadas hablan de un complejo portuario, industrial, despensero y administrativo republicano muy potente en el Patio de Banderas romano”. Toda la Plaza estaría ocupada por dicho complejo y la trasciende. Fue un edificio público muy cercano al puerto. El río pasaba por el Archivo de Indias.
Todo cuanto antecede -la tesis de la parte (puerto de Íspalis) frente al todo (la ciudad de Sevilla) y la situación e importancia del puerto sobre el Guadalquivir próximo a su desembocadura – queda rotundamente confirmado por un alumbramiento trascendental: la interpretación de la lengua ibérica, en este caso, del topónimo Íspalis. Estamos ante una composición -esencia de toda lengua aglutinante como la ibérica- binaria, cuyos dos elemento o formas se acomodan mediante la norma primera y fundamental de las expuestas en “Lengua ibérica -C: Normas de aglutinación- Apartado 1, Elipsis al final del primer término” y Apartado 3, de éste mismo blog.
La primera de estas formas o elementos es la voz izpaz (con pronunciación fricativa apicoalveolar de la fricativa interdental sorda /z/ se oye ispas. Aparece recogida en la voz izpazter, costa, en el Diccionario Retana de Autoridades del Euskera, donde el sufijo -ter vale por ”cerca o junto a”; pero, sobre todo, entra en la composición de nuestro macrotopónimo por excelencia, Ispania, además de Íspalis e Izpazter (Gernika-Luno, Vizcaya). Podemos ahondar más en el origen y formación de este término: izpaz se forma con la unión de iz, agua, más bazka, comida, alimento en general, que se unen por yuxtaposición necesaria (norma segunda y supletoria de la elipsis al final del primer término). La fricativa /z/al final de iz, con pronunciación interdental o apicoalveolar, es siempre continua, lo que provoca el ensordecimiento de la oclusiva bilabial sonora /b/, dando izpaz(ka) o ispas(ka). Para los navegantes la costa era señal y ocasión de agua potable y alimento, por lo que la traslación semántica agua + alimento = costa resulta diáfana.
El segundo elemento que se aglutina a ispas da lugar a un hermoso ejemplo de sinonimia parcial, al modo de lo expuesto en ez-kus-aguate > Escusaguat y ez-kus-abots > Escusabot, con dos elementos comunes y un tercero diferente en la forma pero de idéntico significado; Escusaguat y Escusabot son formas documentadas históricamente para el mismo lugar y de igual valor semántico: no se ve el aguaje o no se ve el aguadero. Volviendo a Íspalis, tras ispas puede aglutinarse la forma lisa, que vale por lisa o pulida, llana (he aquí el étimo verdadero de la voz castellana “liso” respecto de la cual la RAE muestra una vez más su ignorancia de la lengua ibérica pues la moteja de “voz expresiva”); la composición muestra en este caso enlace por yuxtaposición necesaria y apócope de la vocal átona final: ispalis(a). Pero, alternativamente, puede concurrir la voz ili, ciudad, población, de uso constante en toponimia y en epigrafía ibeéricas; ahora el enlace muestra una metátesis (ejemplo de aglutinaciones especiales del apartado 3 incluido en C-Normas de aglutinación), que actúa del modo siguiente: ispas + ili > ispasili cambia a ispalisi y similar apócope de la vocal átona final: ispalis(i).
Concluyendo: Íspalis era la costa o puerto de la ciudad de Sevilla de la que formaba parte. Puede traducirse por “el puerto o la costa lisa“, o bien, por “el puerto o la costa de la ciudad“. Y, al fondo, Sebilla (sic.). Ver la entrada correspondiente.
Entradas relacionadas
Desarrollo: Interesa.es
© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es