Toponimia
Inicio > Toponimia > Ibérica > Garafia (La Palma)
El mal llamado silbo gomero -en realidad nunca ha sido exclusivo de la isla Gomera y, por ello, sería procedente la denominación de silbo canario- es un lenguaje silbado que transforma los sonidos vocalizados en silbidos tonales reconocibles a distancia. El lenguaje natural fue durante milenios el propio de los primitivos guanches -similar al ibérico- , y después, olvidado aquel, ha pasado a ser el castellano. Con el silbo se pueden intercambiar mensajes hasta 5 kms. de distancia.
La razón de ser, al tiempo que la gran utilidad del silbo, radica en evitar vías y rutas sumamente penosas y peligrosas, por lo que será más útil cuanto mayor sea la fragosidad del terreno y la falta o penuria de vías practicables. Por ello, el progreso ha acabado con el silbo “operativo” que, sin embargo, ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y sigue recibiendo fuerte protección oficial.
Si hay un terreno idóneo para la implantación del silbo es el municipio de Garafia, situado al NO de la isla de La Palma, entre dos barrancos, el de los Franceses por el N y el de Izcagua por el S. Pero hay mucho más: la población total que era de 1.700 h en el año 2.012, estás disgregada en 13 núcleos poblacionales, entre los cuales el mayor es Santo Domingo con 407 h. En el término de Garafia se inserta el Roque de los Muchachos que con sus 2.426 m es la mayor altura de la isla. Las rutas eran de gran penosidad y peligro, como la que unía Llano Negro con Santa Cruz de la Palma. No es casualidad que encontremos aquí las estaciones arqueológicas de La Zarza y La Zarcita con espirales; óvalos, círculos y rectángulos y, finalmente, con inscripciones alfabetiformes.
Se entiende habitualmente que el silbo se daba, además de en La Gomera, en las islas de Ierro, Tenerife y Gran Canaria. Hay que añadir desde hoy la isla de La Palma, como vamos a probar categóricamente, y que solamente en esta última se hace mención expresa al mismo desde tiempo inmemorial.
GARAFIA es una composición de la lengua ibérica en la que aparece de nuevo la voz GARA (recordemos Garajonai y Garachico) con el valor de altura o elevación. A ésta viene a aglutinarse la onomatopeya FI, estadio final de PI que, desde la oclusiva bilabial sorda /p/ pasando por la aspirada /ph/ ns conduce a la fricativa /f/; ambas formas, PI y FI, están recogidas en el DRALV con el valor precioso de “silbido”. El enlace se efectúa por yuxtaposición necesaria pues un GAR(a) puede introducir la idea de “llama de fuego”, “ansia, afán, celo”, “entusiasmo”, y con ello la ininteligibilidad del texto o la confusión (caso a). Por último, el artículo determinado A, que debemos traducir por “los”, concordando en género y número con “silbidos”. La traducción literal y propia de GARAFIA es “los silbidos de las alturas”.
Entradas relacionadas
Desarrollo: Interesa.es
© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es