Toponimia
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Cuando el lugar de Fet, perteneciente al municipio ribagorzano de Viacamp-Litera, tenía vida, era descrito por Pascual Madoz (años 1.845-50) en los términos siguientes: “Lugar con ayuntamiento en la provincia de Huesca, partido judicial y administración de rentas de Benabarre, arciprestazgo de Ager… Situado sobre una peña entre el río Cajigar que corre a su derecha en dirección de N a S y el Noguera a la izquierda… Está resguardado de los vientos N y E por el monte Monsec, y por el Mon de Milla de los de O y S; su clima es sano, sin que se conozcan enfermedades de ninguna especie. Forman la población 13 casas inclusa la consistorial, en la que está la cárcel, con una plaza y varias calles de mal piso; la iglesia parroquial es antigua, por lo que se halla bastante deteriorada… En él se encuentra una fuente a la salida E del pueblo, de buena agua, de la que se surten los vecinos para sus necesidades domésticas; hay también una ermita muy reducida, sin dotación ni fondo alguno, por lo que se mantiene cerrada la mayor parte del año. El río Noguera… baña el término del pueblo, y su corriente al pasar por este punto es sumamente rápida, formándose de su cauce una acequia que sirve para dar impulso a las ruedas de un molino harinero, situado en la huerta a corta distancia. El terreno es en su mayor parte flojo, árido y de secano, a excepción de una pequeña porción de huerta en las márgenes del expresado río Noguera… Produce centeno, vino y aceite en el monte, y judías, cáñamo y patatas en la huerta; se cría algún ganado lanar y vacuno y poca caza; 9 vecinos, 42 almas. El presupuesto municipal asciende a 400 reales y se cubre por reparto municipal”.
Tras la construcción del embalse de Canelles que arruinó éste y otros pueblos, Fet es visitado por José Luis Acín, Paisajes con memoria, pág. 190, quien nos dice: “Frente a Montfalcó, sobre otro cortado que mira al embalse de Canelles y que bascula suavemente hacia el oeste, se encuentra Fet, aldea en la que la ruina se ha enseñoreado impidiendo distinguir su anterior fisonomía y sus anteriores edificios, ya arruinados y desmochados. Solamente algunas de sus fachadas y algunos de sus componentes; puertas de arco de medio punto, bellas balconadas formando vistosos rincones, o un horno de pan en el interior de una vivienda. Gran belleza por su conjunto, por su ubicación y por su fisonomía… En lo más alto, junto a la profunda cortada, se encuentra el cementerio y la iglesia parroquial…”.
Cuando llego a Fet, además de la ruina absoluta –ya esperada- me llama la atención su emplazamiento, sobre un risco que, hacia el este, se quiebra en una profunda cortada o acantilado, en cuyo mismo borde, separada del pueblo, se alza la iglesia de escaso valor. Esta quebrada o precipicio inmediato ha inducido a error a algún autor que alega un colectivo fecetum, derivado del latín faex-cis, la hez, por los residuos y escorias que se depositan al pie, consecuencia de derrumbes seculares. Hay evidente sordera ante la música afinada y constante de los topónimos descriptivos ibéricos que nos dicen cómo es el lugar, y no reparan en hechos triviales, además de comunes y naturales. Lo importante, el elemento diferenciador que recogerá el topónimo es la tremenda cortada inmediata al lugar, y no el hecho irrelevante de que se desprendan piedras y tierra que puedan formar un depósito.
Un documento de 8 de diciembre de 1.046 relata como Arnau Mir de Tost y su mujer Arsindis dieron a S. Pedro de Ager los diezmos de las “dominicaturas” del castro de Feced. Otro del 13 de noviembre de 1.061, contiene la promesa de Bernardo a Arnau Mir de Tost de cesar en sus reclamaciones de las speluncas que vocant Feced. En 1.129 se nombra a Fed y más tarde a Fet. Trabajemos sobre el étimo ibérico Feced que, originariamente, sería Peced (una vez más, f procedente de p a través de ph). La lengua ibérica dispuso de la voz pezoi (variante de pezoin), con el valor de vallado, trinchera o pared de tierra que sostiene un terreno elevado, escarpa, declive, zanja o foso. A este primer elemento se aglutina ede, indeterminado de edei, abrir, verbo con diversas variantes tales que edegi, edeki, idiki, etc. La acomodación se efectúa con elipsis al final del primer término, pezo(i); pero la elipsis se profundiza –pez(o)ede- para evitar el hiato –oe-. Por último, en pezede se observa la caída de la vocal átona final, Pezed(e) y Feced. La descripción del lugar de Feced –Fed y Fet es perfecta: “la zanja o foso que se abre”.
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