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Estañ, Estaña (161)

Altoaragonesa

              

 En el más alto Pirenneo, al norte de la línea de altas cumbres que va desde la Tuca de Mulleres hasta el pico Alba, se forma una gran cubeta o depresión limitada al norte por la cadena fronteriza (picos o tucas de Sacruás, La Glera, La Montañeta, Salvaguardia, La Mina, La Picada…), y al este, partiendo de Mulleres hacia arriba, la tuca de la Forcanada, Coll de Toro, Pera Nera, tuqueta Blanca de Pomero, Pomero, Bargas y de La Picada, entre otras muchas. Las aguas de de estas montañas, en especial, las de los grandes heleros de la cara norte del gran macizo de la Maladeta, desaparecen en su mayor parte (unos 6 m3 por segundo) en la enorme sima del Forau d´Aigualluts, espectacular fenómeno que da nombre al río Ésera. Éste, tan drásticamente menguado, ha de recomponer fuerzas, y lo hace con una serie de aportaciones como las de los barrancos de La Rencllusa o La Besurta, ibones de Villamuerta…, entrando, de inmediato en el Plan d´Estañ (hablando con más propiedad, en el Plan d´els Estañs). En dirección contraria o ascendente: una vez que hemos llegado al Plan del Hospital de Benás, tomamos el autobús de servicio público que nos introduce en el Parque Nacional de Posets- Maladeta, con final de trayecto en La Besurta. A la derecha de la ruta se alzan Las Tres Hermanas de Paderna y, más cerca, la pleta de este nombre. A la derecha, el herboso Plan d´Estañ, en el que las aguas se detienen como muertas, formando multitud de pequeños lagos o estañs, sin el vigor que da la corriente y el desnivel. He aquí otro paraje similar al estudiado en Aiguatorta (nº 26 de esta serie, o al que hallamos en el Parque Natural de S. Maurici y Aigüestortes (¡qué ridícula catalanización de un étimo ibérico!), con corriente de agua muerta, muy débil, y con una orientación Este- Oeste, antes de tomar decididamente dirección sur. Desde el Plan d´Estañ, que enlaza con el del Hospital formando entrambos el fondo de la cubeta, parten caminos y rutas en todas direcciones y para todas las ascensiones: Paderna, Alba, La Rencllusa y desde esta hacia La Maladeta, Aneto (Malaía), Tempestades, Salenques, Mulleres; Forau de Aiguallusts y La Escaleta, Coll de Toro;  La Picada, Portillón de Benás, La Glera y muchos otros.

En el otro extremo de la Ribagorza, más de 100 kms. al sur, con una diferencia de altitud de 1.200 m y con un paisaje completamente distinto, el pueblecito de Estaña, perteneciente al municipio de Benabarri, muy cerca de Estopiñán. De él nos dice Adolfo Castán, Lugares del Alto Aragón, lo siguiente: “Aldea de 5 habitantes; a 677 m de altitud. Se comunica desde la N-230 por una carretera que enlaza Pilzán y Caserras del Castillo. Su primera mención se registra en el año 1.067 en el testamento de Arnaldo Mir de Tost. Constituyen hito singular las lagunas o estanques que hay en sus cercanías y que le merecieron el nombre latino de “Stagnum o Stagana”; son masas acuosas endorreicas de origen kárstico: estanque de Arriba, Grande y Pequeño. Aunque guarda detalles renacentistas, la parroquial de S. Román es de tipología popular –rehabilitada- : nave y ábside rectangulares y abovedados; sacristía, torre y puerta del sur. Tiene una ermita de estilo románico en las afueras dedicada a S. Esteban –siglo XII-; nave rectangular y ábside semicircular orientado; puerta con arco de dovelas finas en los pies. En su término se hallan los caseríos  dispersos de Molino de los Prats, Domingo, Cabalet, Suriga y Terrés, la última con oratorio en honor de la Virgen de  Terrés  que  tiene  otras construcciones adosadas; es de aspecto románico en el tramo bajo  de  sus  paramentos pero sus muros se recompusieron en el siglo XVI y se cubrió todo con una bóveda de crucería”.

Joan Corominas, en su monumental obra Onomasticon Cataloniae (vol. 4, pág. 149, entrada Estany-Estanya y otros derivados de aquel)  dedica seis líneas a este pueblecito: “Estanya, poble de la Baixa Ribagorça. Forma part del municipi de Pilzá. Hi havía hagut a la vora els estanys Gran de Baix, Gran de Dalt i Petit. Doc. ANT. Stagna a 1.067 (Lib. Feud. I, 1.184); Estaña a 1.554…Del ll. Stagna, pl. de stagnum, estany”. Sigue una larga relación de topónimos con estany, compuestos y derivados. Igual determinación muestra este erudito en su obra Diccionari Etimològic i Complementari de la Llengua Catalana, vol. 3, pág. 750, entrada Estany: “Nom catalá normal des llacs (llevat els de vasta extensió). Del  ll. Stagnum, “bassal, piscina, tota estesa d´aigua”. Primera doc. siglo XIII”.

Todo parece perfecto. Identidad formal casi plena y total en el significado. Pero el método formal o comparativo es estúpido y pernicioso en sí y en sus consecuencias. Para empezar, “estani” (ésta es la grafía correcta según la etimología) no es un nombre o una palabra, sino una composición o aglutinación de cuatro formas o voces; y, además, no es “catalá” sino ibérico. Como no podía ser de otro modo, a Corominas el “artefacto” le estalla en sus manos, con un problema ingente que, pese a sus denonados esfuerzos, no consigue resolver, al menos con una cierta verosimilitud. Se le plantea cuando en su obra Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, vol II, pág. 770, estudia la etimología de la voz “estancar”. Reconoce que es propia del portugués, castellano, catalán y occitano; francés étancher, italiano stancare  y stanco; albanés stenk, rumano swing; e integra en el grupo al catalán tancar, sardo tancare, castellano antiguo atancar, corso tancu. Está siempre presente la idea de “detener el curso de una corriente de agua”, o de “cerrar”, “detener”. Y, pese a la identidad semántica tan evidente y a la similitud morfológica (estan-i respecto de estan-car), admite la imposibilidad absoluta de que estancar pueda proceder de stagnum, stagnare, stagnicare  o stanticare. Tras un detenidísimo estudio en el que además de las lenguas citadas se pasa revista al rético, céltico, irlandés antiguo, irlandés medio, galés, balto-eslavo, ucraniano, indoiranio y sorotáptico (pero sin mención, siquiera, al iberovasco estanku, estanka y estanko), se pronuncia por una procedencia céltica tanko, yo sujeto, yo fijo, con un prefijo ek- , similar al latino ex- , y de aquí, con romanizaciones varias, saldrían extancare y atancar. Y es que en Iberia y su Toponimia, desconocer totalmente la lengua ibérica (Corominas llega, a lo más, a traer a colación muy esporádicamente alguna voz vasca tomada del Diccionario Vasco-Español-Francés de R. Mª de Azkue) ha de dar necesariamente resultados catastróficos, aún cuando concedemos sinceramente, aquello de que “en tierra de ciegos…”.  

El adverbio de negación ez (se pronuncia generalmente es) , siempre al principio de la construcción,  provoca con su consonante continua el ensordecimiento de la oclusiva que sigue en la composición, cuando el segundo elemento de ésta empieza por una sonora, ya sea bilabial (b>p), dental (d>t)  o gutural (g>k). A este fenómeno fonético ya dedicamos en el año 2.002 un capítulo, el IX, de mi obra De Ribagorza a Tartesos, en el que se estudiaban topónimos como Espigantosa  (ez-bigantxa-otzan), Espulla (ez-bula), Estall (ez-tala) y otros. Inscrita en este fenómeno general se halla la modalidad ez-da, no es, no está, no tiene…, en la que el segundo elemento es la forma verbal da, 3ª p. del sing. del pres. de indic. del auxiliar izan. Su aparición es tan frecuente que el propio Dic. Retana de Autoridades del Euskera le da entrada independiente con la forma ezta y con los valores antedichos. En esta línea de habitualidad de la construcción, nosotros ya la hemos descubierto en los topónimos Estada, Estadilla y Estarrún y volverá a aparecer en cualquier momento. Alumbremos ahora el tercer elemento que sigue a esta para completar la parte común entre estan-i y estan-car: se trata del pronombre relativo n, “el que”, el cual no lleva implícita la cópula como ocurre generalmente, sino explícita, al igual que vimos en el capítulo anterior con Montaniana (m- on-da-n-ia-na > montaniana y montañana). Observemos el paralelismo entre las construcciones estan y montan.

Estan introduce una oración aseverativa-negativa con un verbo da=tiene con naturaleza semipredicativa, lo que demanda un complemento directo. ¿Cuál puede ser éste?, ¿qué no tiene un estani?. Evidentemente no tiene corriente de agua. Y corriente de agua se dice en lengua ibérica ibi, riachuelo o pequeña corriente de agua. Estan-ibi nos presenta una oclusiva sonora en posición intervocálica, débil, y acaba por decaer: estani(b)i > estani. Vamos ahora con el étimo de estancar. Es la voz ibérica estanku, cerrado, acción de detenerse durante cierto tiempo. Aquí, el complemento directo que demanda estan es la voz ibérica gur, murmullo de agua, borborigmo. Estan-gur pasa de inmediato a estankur, por nuevo ensordecimiento de la oclusiva sonora /g/ tras la continua /n/ y, por último, como es norma general, decae la vibrante simple al final de la composición, lo que nos dá estanku, “el que no tiene murmullo de agua, forma primitiva de la que derivan estanko, estanka y el castellano estancar.

Volviendo a los topónimos de este capítulo, Estañ es la misma forma estani que acabamos de analizar, con palatalización de ni > ñ: significa por consiguiente “el que no tiene corriente de agua” o si prefiere “el lago o el estanque”. Estaña es el resultado de aglutinar a estani el artículo determinado a, masculino o femenino, singular o plural según demande la construcción, es este caso los. Estani + a > Estaña, significa “los que no tienen corriente de agua” y en castellano actual “los lagos”.


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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

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