Toponimia
Inicio > Toponimia > Altoaragonesa > Binéfar (212)
Atendiendo al número de habitantes, Binéfar es la sexta población del Alto Aragón, superada por Huesca, Barbastro, Monzón, Jaca y Fraga, y seguida de cerca por Sabiñánigo. No posee una importancia histórica semejante a las que le preceden y, como en el caso de Sabiñánigo son predominantes las razones económicas. Es la capital, junto con Tamarite, de la comarca de La Litera. Pero un siglo atrás, antes de que llegaran las fecundantes aguas del Ésera represadas en Barasona y conducidas por el Canal de Aragón y Cataluña, la situación era mucho menos brillante, lo cual, lejos de ir en desdoro de la población, constituye todo un canto al trabajo y a la inteligencia de sus gentes, capaces, al aprovechar una oportunidad favorable, de subvertir una situación heredada y de crear un ámbito general de desarrollo y cultura. Veamos, en efecto, algunos datos que nos facilita en 1.845-50 el Diccionario de Madoz: “Situada en el centro de una llanura a distancia de ¾ de hora de varias colinas que la rodean casi por todas partes con libre ventilación y clima saludable. Tiene sobre 250 casas además de la municipal y la cárcel, distribuidas en calles cómodas y bien empedradas, y dos plazas llamadas de Arriba y de Abajo… Tiene también un hospital sin rentas algunas y de poca capacidad que solo sirve para dar acogida a los mendigos impedidos; un pósito que consiste en 2.824 fanegas de trigo…; un mesón o posada pública, y una escuela de primeras letras a la que concurren 43 discípulos…; asimismo una iglesia parroquial (S.Pedro Apóstol) servida por 1 cura, 3 racioneros, 1 organista, 1 campanero y 2 monacillos… Los vecinos se sirven para beber y demás usos domésticos de las aguas de un pozo público, al que se baja por una espaciosa y buena galería, y de las de otros pozos particulares que tienen muchas de las casas… Dentro de su circunferencia hay una ermita dedicada a Nta. Sra. del Romeral, distante ½ hora en el sitio que ocupó el lugar de Alcort o Alcorn, ya desaparecido y agregado a Binéfar por los años 1.660. El terreno es llano por todas partes menos por la de O. que a ¾ de hora de la población tiene una colina llamada Sierra de Alcort, cuya vertiente proporciona riego en tiempos de lluvias a los olivares que se hallan situados al pie de la misma; su calidad es arenisca y arcillosa a un tiempo, de que resulta ser una tierra bastante feraz… Produce trigo, cebada, aceite y vino; el trigo y la cebada es lo más abundante; cría ganado lanar para el abasto del pueblo… Comercio: hay tres tiendas de géneros y abacería; pero el principal se hace por medio de la arriería que esporta los granos sobrantes a los mercados de Lérida y Balaguer, en Cataluña, e importa el vino y los artículos que faltan. Población, 63 vecinos y 252 almas…”.
De la exposición que hace Adolfo Castán en su obra Lugares del Alto Aragón extraemos algunos datos y subrayamos tres puntos de especial interés: “Villa de 9.048 h.; a 286 m de altitud. Censaba 1.129 en 1.900… Municipio que posee el mayor censo de la comarca literana con espectacular incremento de población desde comienzos del siglo XX, debido a la puesta en riego de prácticamente todo su término, proximidad del importante núcleo industrial de Monzón, buena comunicación por carretera y línea férrea Zaragoza-Barcelona, su función como centro de comercialización y la implantación de algunas industrias de cierta envergadura como el matadero. La principal actividad de la zona es la agropecuaria, aunque también es importante el potencial de las industrias de transformación vinculadas al sector primario. Las transacciones en la lonja de Binéfar fijan los precios de la carne de ternera a nivel nacional. Se menciona en 1.092 como “Avinéfar”(1), en la delimitación de los términos del castillo de Monzón efectuada por el infante D. Pedro. Conjunto asentado sobre una llanura rodeada de colinas(2) poco enérgicas, entre las que destacan La Sierra y Fajarnés… En el límite entre los municipios de Binéfar y Tamarite –La Vispesa – fue hallada la magnífica estela ibérica – Museo Arqueológico de Huesca – en honor del dios Neitín(3), divinidad indígena asimilada a Marte, dios de la guerra; está fechada entre el siglo II y el cambio de era”.
El subrayado (1) relativo a la forma “Avinéfar” tiene un doble y altísimo interés: por una parte nos permite identificar mejor el primer elemento de la composición y entrar con pie firme en el análisis morfológico; por otra parte, puesta en relación con la forma actual (también histórica) de Binéfar, nos permite comprobar la concurrencia de uno de los fenómenos fonéticos más propios del iberismo y consecuencia de su fuerza de compresión interna con acortamiento y disminución silábica: la aféresis de vocal inicial silábica, Abinéfar > (A)Binéfar, todo un marchamo de identidad ibérica.
El subrayado (2) relativo a la llanura rodeada de colinas, viene a coincidir plenamente con la descripción del Madoz, en cuanto a situación, también subrayada. Una y otra son ciertas y fácilmente comprobables sobre el terreno, de modo que daremos por sentada la comprobación y admitiremos que Binéfar se emplaza en una llanura casi totalmente circundada por colinas o alturas “poco enérgicas”, de escaso porte o empaque, a modo de círculo que delimita una concavidad.
El subrayado (3) supone en el autor de la obra un cambio de actitud y estilo sorprendente. Estamos acostumbrados a sus múltiples descripciones realistas y exactas, “con la mano sobre la piedra”, en las que no caben las fantasías ni las cabriolas; y, de pronto, ¡maldición!, se deja seducir por un inmenso y burdo galimatías, tan estúpido como arrogante, con dioses iberos y celtas (Neto, Netón, Neitín, Neitina y sus Neitinitos) y da cobijo entre sus páginas a la patraña del dios Neitín, especie de Marte aldeano y enclenque, a lo pobre, como corresponde a Iberia o Ispania. No es momento (tampoco dispongo de espacio) para exponer la maravillosa religión monoteísta (La Madre) de los iberos ni del código moral de inmensa hermosura que ésta grabó en el alma de nuestros antepasados. Me limitaré a explicar el origen de la falacia Neitín, también con brevedad (en extenso, ver la entrada Neitín en Teonimia, Onomástica, dentro de este blog)
El texto epigráfico de la estela de La Vispesa habrá de ser sometido a análisis empezando por la trascripción al alfabeto latino; a continuación, y dado que los 15 signos silábicos tienen valor doble (una vocal precedida de una consonante oclusiva –bilabial, dental o velar – sonora o sorda) debemos fijar la secuencia, esto es, decidirnos por uno de los dos valores posibles (da o ta, ge o ke, ge o ke, gi o ki, di o ti, ge o ke en esta estela). El resultado, tras las fases de trascripción y fijación, es, en la estela de La Vispesa, el siguiente:
Dan / orgeigelaur / ekisiran / neitin / esker.
Seguimos con el análisis morfológico que identifica y separa formas, y, simultáneamente, con el fonético, que recupera todos los fonemas elididos hasta llegar a la “lectura” completa, con el siguiente resultado:
Dan / or gei gela ur / ekiz ira(u)n / neit(e) in / esker, que significa:
Esto que es una masa de agua helada, se conservará de aquí en adelante hasta que se cumpla el fin: la acogida. Esto que es una masa de agua helada (el cadáver) se conservará (permanecerá incorrupto) hasta que se cumpla el fin (el destino feliz del ser humano): la acogida (por parte de La Madre con la entrada en el refugio de paz y bienestar para siempre)´
Hemos visto como el dios Neitín era la simple aglutinación de dos formas neite e in, que significan “se cumpla el fin”, perfectamente integradas en este bello y profundo texto. Estoy convencido de que, sin embargo, tan ridícula y vergonzosa bulla continuará por los siglos de los siglos.
Quizá todo lo anterior parezca una larga, larguísima digresión, con la que nos hemos olvidado del objeto de nuestro trabajo. En absoluto. En realidad, ya tenemos el análisis sumamente avanzado. La construcción neite in> neitin que acabamos de ver, nos sirve de modelo para interpretar abi in > abin, los dos primeros elementos de la composición Abinefar. Abi significa concavidad (también nido) e in, hacer, tiene una infinidad de acepciones: obrar, crear, producir, realizar, ejecutar, efectuar, formar, cumplir, etc. El sentido de la construcción será “la concavidad que forma…” o “la concavidad formada por…” . El tercer elemento es ephai (procedente de epai) y que da efai; significa “línea de los montes” y se une a abin por yuxtaposición necesaria: abin+efai > abinefai. Por último, cuarto elemento, la voz aro que significa “círculo” (étimo de la voz castellana aro); se une mediante elipsis al final del primer término, del modo siguiente: abinefa(i)+aro > abinef(a)aro, con encuentro de vocales iguales. Observemos la caída de la vocal átona final que produce el acortamiento con reducción silábica (de pentasílaba a tetrasílaba, que llegará a trisílaba con la antes mencionada aféresis de vocal inicial silábica), según esta secuencia: abinefaro > abinefar(o) y (a)binefar. El significado, con traducción literal y en el mismo orden ibérico, sería “la concavidad que forma la línea de los montes en círculo”. En el orden de la lengua castellana sería “la concavidad que forma el círculo de la línea de los montes”, y, con simplificación y propiedad, Binéfar vale por “la concavidad formada por el círculo de los montes”. ¡Qué lástima que dos tesoros culturales como el topónimo ibérico Binéfar y la estela de La Vispesa sean, además de incomprendidos, pisoteados!.
Entradas relacionadas
Desarrollo: Interesa.es
© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es