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Beral (22)

Altoaragonesa

En el panorama desolador que ofrece la Lingüística castellana, en áreas tales como la Etimología, la Onomástica y, vinculada a ésta, la Ortografía, responde enteramente al desconocimiento (y en algunos casos desprecio) de la lengua ibérica. Parece increíble pero es cierto: en España, iniciado el siglo XXI, toda una maravillosa civilización que se remonta al octavo milenio a. de C., una cultura y una lengua propias, permanecen casi totalmente ignoradas, mixtificadas o manipuladas. Ya he profundizado en este problema, vinculado al de “Las Dos Españas” (Señores y Siervos), en la Introducción a mi extensa obra “Nosotros, los iberos, Interpretación de la lengua ibérica, pendiente de publicación. Por ello, una migaja, una gota de agua, un mínimo detalle en el que luzca la verdad, adquiere un valor sobresaliente. Es lo que he apreciado en el mapa Valles de Ansó, Echo y Aragüés”, escala 1: 40.000, de Editorial Pirineo, en el que, al menos por tres veces se lee Beral, con b inicial y no con v, como es general en toda clase de escritos y obras, incluso en la rotulación oficial. Por una vez, la patraña etimológica del latín verus no ha prosperado, como sí lo ha hecho, por desdicha, en el topónimo “Río Vero”. Véase, en esta serie, el nº 8.

Se suele afirmar que el río Beral nace en Zuriza, pero es más exacto decir que es aquí donde se conforma, ya que sus aguas traen un largo aunque diverso recorrido. En efecto, junto al camping de Zuriza llega, con dirección E-O, el Barranco de Taxera que recoge las aguas del valle de Alano, ayudado por los de Chipeta y Petraficha. Al mismo lugar llega, ahora con dirección N-S el largo barranco de Petrechema, que procedente asimismo del E, gira al S en el maravilloso paraje de Linza (lástima del mal estado de la pista asfaltada entre Zuriza y Linza). Otros barrancos (Zaparreta por el N, Maz por el O, Gamueta y Las Eras por el E) y numerosas fuentes (de Linza, del Cubilar de Petrechema, del Barral de Linza, de los Clérigos, etc.) contribuyen a la formación del Beral.

El río, aparte de las lluvias y tormentas ocasionales, se alimenta sobre todo de las aguas de deshielo, y sufre grandes estiajes que pueden reducir su caudal a mínimos en agosto y septiembre. Los datos de la estación SAHI- Ebro en Biniés son bien elocuentes:

- Año 2.006. Caudal medio: 3,32 m3/segundo.

Mínimo: 0,27 (agosto).

Máximo: 37,31 (mayo).

Tiene buena fama entre los amantes de la pesca. He aquí algunos comentarios, muy directos, sacados de una página web (www. trofeo pesca.com):

- “El mejor coto de España”

- “Buen coto de verdad”.

- “Para mí el mejor coto de España”

- “Predominan las truchas pequeñas que no pasan de 33 cmts.”

- “El mejor coto de mosca de Aragón. El culpable es el guarda…”

- “Ni se os ocurra ir en verano porque el estiaje es feroz”.

Pero, por lo que más adelante se verá, el mayor interés recae en la descripción de su recorrido y descenso. En esta materia, los expertos por antonomasia son los deportistas que practican con asiduidad, pericia y prudencia el barranquismo y el descenso de ríos. Hay una página web, www. binies. net/rveral.html que cita el libro “Por los valles de Ansó…”, en la que se lee: “Nace en Zuriza. Se une al Aragón en el término de Villarreal de la Canal. Es de los más variados del Pirineo, tiene zonas boscosas y zonas rocosas, zonas abiertas y zonas muy estrechas como la Foz Verde, puede ser fácil o difícil, y el valle que atraviesa es de los más admirados por su belleza. Desde Zuriza al Puente de Biniés hay unos 30 kms. que conviene dividir en tres tramos:

1. Zuriza-Puente Colgante, 6 kms. de grado 4 y 5, aporte de aguas del Alano. Dificultad muy mantenida, cauce estrecho, hay que maniobrar de contino entre rocas de todos tamaños, conviene tener mucha experiencia en este tipo de ríos. A la entrada de un pequeño cañón situado en el primer tramo del recorrido se halla el “Salto de la Trucha”, es necesario asegurarlo, su pequeño rebufo tiene reacciones imprevisibles.

2. Pte. Colgante-Santa Lucía. 13 kms, de grado 2 y 3…

3. Sta. Lucía-Biniés. 11 kms. de grado 3 y pasos de 4…”

De lo anterior se desprende que el río tiene especial bravura y fuerza en el primer tramo descrito. En efecto, desde el refugio forestal de Zuriza, situado a 1.227 metros de altitud, hasta el Puente Colgante, a 959 metros, hay un descenso de 268, en tan solo 6 kms., lo que da una media de casi el 5%. Cuando el caudal es importante, por el deshielo, las lluvias o tormentas, el río es todo un espectáculo de poder y potencia. He aquí la impresión que nos transmite el recordado D. José Cardúa Llanas en su obra Turismo Altoaragonés, Heraldo de Aragón, Zaragoza 1969: “A dos kms. de Ansó empieza un paisaje de ensueño; nos metemos de lleno entre pinares; el río Veral se embravece, estrellándose contra las rocas que emergen y que parecen constituir un islario paradisíaco”

He aquí otro río pirenaico cuyo topónimo describe un hecho diferenciador que se da en la cabecera del mismo. Estamos ante una característica muy generalizada de los hidrónimos. Recordemos, en primer lugar, el Ésera (L´Esera) que, nada más iniciar su curso por Barrancs con las aguas de deshielo del Aneto y La Maladeta, se precipita (lezera) en la sima del Forau de Aigualluts; o el Isábena (iz-aba-na o iz-abe-na) que tiene buen agua de boca en su tramo superior hasta Las Pauls; o los diversos Nogueras (an-oker-a), tan rápidos y torrenciales en su más alta cabecera: o el mismo Zinka o Zinga (Zinga-na), que se muestra como azote destructor ya en Parzán o Bielsa; o como el propio Gállego, que estudiaremos más adelante…Parece que, en todos los casos, son los ribereños primeros, los situados más al comienzo del cauce, los que dan fe de las características más identificadoras del río y los que lo describen en su lengua propia, la ibérica, creando un topónimo que se difunde aguas abajo.

La interpretación del topónimo Beral no tendrá gran dificultad para nosotros, especialmente tras haber desvelado anteriormente (en el capítulo precedente dedicado a Berdún) la naturaleza y significado del primer elemento de aquella composición: estamos ante el agente de tercer grado (participio activo, en castellano) del verbo bera(tu), bajar, que tiene la misma forma (bera) que el infinitivo, y que debemos traducir por “el que baja” o “el que desciende”. El segundo elemento de la composición es el nombre al, poder, potencia, fuerza; reparemos, sin embargo, en la función que desempeña dentro de la composición, que no es otra que la de modificar al verbo, por lo que hay que convenir en que aquí al es un adverbio de modo que nos dice cómo baja el río (con poder, con potencia, con fuerza, poderosa, potente o fuertemente).

No quiero cerrar este capítulo sin referirme a una de las muchísimas sutilezas que encierra la lengua ibérica, cuyo dominio sólo puede adquirirse con mucho estudio y esfuerzo personal, sin buscar ni confiar en ninguna de las enseñanzas o dictados de la “ciencia” oficial, capaz de engañar durante cuatro años de estudios y de estafar de por vida a miles de estudiantes abocados a verse confundidos y defraudados. Veamos la tal sutileza: hay composiciones ibéricas, topónimos, terminados también en –al y que, pese a ello, tienen un segundo elemento que nada tiene que ver con poder, potencia o fuerza. Nos referimos, por ejemplo, al topónimo mallorquín Son Vidal. Aquí, y no obstante su “aspecto” catalán, la composición se forma con el nombre ibérico bide, camino, más el nombre (en función de complemento nominal y de igual naturaleza) ala, pastos. La elipsis al final del primer término y la caída de la vocal átona final nos llevan por bid(e)-al(a) a Bidal, “camino de los pastos”,perfecta descripción de la antiquísima casa de posesión situada en el camino, tan importante y transitado que parte de Orient, llega a Son Vidal, continúa por el Pas de na María y asciende a la montaña de Lofre (Dalofra), que es precisamente la que tiene “abundante ganado que pace y bebe”, tal como explicamos detalladamente en las páginas 212-213 de nuestra obra Baliaride. Así pues, dos nombre distintos, al y ala, presentan el mismo aspecto: al. ¿Cuál de estos nombres es el que está presente en Beral?. El estudioso deberá escoger guiándose, como siempre, por la configuración de un hecho diferenciador que luzca sobre el terreno, por la consecución de una identificación particular. Y mientras, prácticamente, todos los ríos de montaña “bajan de los pastos” y no hay, por consiguiente, hecho diferenciador, sí lo hay en Beral- el que baja con fuerza, tal como hemos descrito anteriormente, y en contraste con (por ejemplo) el Ësera en el Plan d´Estañ, el S. Nicolau en Aiguatorta (Aigüestortes), el Suborden en Aguas Tuertas y otros.


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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

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