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Bellanuga (84)

Altoaragonesa

Villanúa es la forma adulterada, falsificada si se quiere, y plenamente triunfante hoy en día, del topónimo primitivo, auténtico con arreglo a la etimología, Bellanuga. La alteración viene de muy antiguo, como veremos, y la situación resulta, para el común de las gentes que llegan a plantearse estos temas, bastante paradójica. Un señor jubilado, natural y vecino de Bellanuga, cuando le pregunto acerca de si esta última forma sigue oyéndose en la actualidad, me espeta una opinión un tanto sorprendente: “Bueno, sí, se oye alguna vez, pero es una palabra gitana. ¿Sabe Vd?, en Villanúa siempre ha habido muchos gitanos, y son ellos los que se inventaron la palabra”. Gitanos, infieles, iberos, ¿qué más da?. En cambio, otro vecino del lugar, con un poquito más de reflexión y coherencia, me comenta: “Yo ya sé que Villanúa es una palabra estúpida. Villa-¿qué?. ¿Qué es eso de “núa”?. En este orden de cosas, esto es, atendiendo al saber popular, tampoco aclara mucho la situación el nombre de una pardina, isotopónimo aparente, perteneciente al municipio de Bierge, deshabitada pero en pie, que aparece repetidamente citada. En algún mapa excursionista como el del Parque de la Sierra y de los Cañones de Guara (Prames y F.A. de M) o el del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara (RutasCai por Aragón) se significa la pardina en el antiguo camino de Nasarre a Otín (o bien en el que partiendo de Rodellar pasa por Seral, Losa de la Mora y Otín) con el nombre de Bellanuga. José Luis Acín Fanlo, en sus Paisajes con memoria, pag. 220, nos dice: “Muy cerca, a medio camino de Otín, se encuentra la pardina de Villanuga, solitaria vivienda de grandes dimensiones con sus edificios de apoyo y sus tierras de labor, en la que aún se aprecian algunas de sus estancias, como la cocina-hogar, las alcobas o, en su parte inferior, las cuadras”. Enrique Salamero en su Parque de la Sierra y los Cañones de Guara (Prames) habla de Bellanuga. Por último, en Comarca del Somontanos de Barbastro (Gobierno de Aragón), Rosa Bergés Barón recae en Villanúa. Vamos a centrarnos en la localidad jacetana y en su entorno, planteando con detalle tres afirmaciones determinantes para la fijación e interpretación del topónimo.

1. La zona fue poblada por los iberos, al menos, en el 2.000 a. de C. Contamos, para probarlo, con el testimonio, en primer lugar, de los tres dólmenes próximos, los de Letranz, Güixas y Diezcampanas. Hay dólmenes datados en el IV milenio a. de C., pero son mayoría los que parecen ser levantados a finales del Neolítico, poco antes del principio de la Edad de los Metales, lo que nos situaría sobre la fecha citada. Por cierto que dolmen tiene una etimología bellísima y propia, bien distinta a las que se vienen propalando. Hay quien dice que es una voz procedente del bretón, lengua en la que significa “mesa”. Joan Corominas (Diccionario crítico-etimológico castellano e hispánico) afirma que procede del francés dolmen, “de formación incierta, probablemente tomado del córnico tolmén, propiamente agujero de piedra”. La verdadera etimología es mucho más propia y sensata: dolmen es una composición ibérica cuyo primer elemento es dolu, duelo, luto, pesar, lamentación, tristeza, que se aglutina con men, trance, punto, estado, punto extremo o último. La aglutinación se efectúa con elipsis al final del primer término con lo que dol(u)-men > dolmen, “punto extremo de luto o lamentación”, equivalente a nuestra “sepultura” o “enterramiento”. Contamos, en segundo lugar, con los abundantísimos testimonios obtenidos en la excavación de la Cueva de las Güixas, inmediata a Bellanuga, Situada al pie de Collarada, y con gran actividad interna, tiene mucho interés desde el punto de vista histórico-cultural. “En la actualidad y desde el año 2.000, se está manteniendo una labor científica…Las actuaciones geológicas se han centrado en una de las entradas naturales de la cueva, denominada Boca de los murciélagos. Los datos extraídos de estas intervenciones apuntan a la existencia de un asentamiento humano que podría datarse dentro de la cultura material de la Edad del Bronce, aproximadamente hacia el 1.500 a. de C”. (Comarca de La Jacetania, pag.60). En tercer y último lugar, cabe citar el puñal de bronce hallado cerca de Villanovilla, en el vecino valle (por otra parte tan despoblado) de Garcipollera, pieza muy interesante, fechable en el entorno del 1.600 a. de C.

2. En un librito del Dr. F. Oliván Baile titulado Los monasterios de San Juan de la Peña y Santa Cruz de la Serós, edición del autor, Zaragoza 1.969, se trata de “un curioso documento suscrito por este matrimonio (el formado por el rey de Navarra Sancho Garcés II y su esposa Urraca Fernández) que nos da a conocer una espléndida dotación que D. Sancho y Dña. Urraca hacen ad monasterium sanctissime semperque virginis Marie, pues así, Monasterio de la Virgen María se llamó en principio, para después conocerlo como Santa Cruz de las Sorores (Serós)”. Entre las villas y lugares donados entonces, figuran Orchal, Laquey, Vinacua, Arugali (¿Aragués?), Escaverri (¿Javierregay?), Arrensa (desaparecido), Isuerre, Villanúa y Berne”. Hay otras citas posteriores (1.079, Cartulario de S. Juan de la Peña, nº 233; 16 de agosto de 1.097, Pedro I dio Villanúa a Sta. Cruz de la Serós; 1.188, 1.276, etc. Esta forma, que como vemos es muy antigua, fruto de la entente monarquía catolicísima-iglesia, presenta sobre el étimo originario Bellanuga dos alteraciones bien distintas por su origen y naturaleza: una, la caída de la oclusiva velar sonora /g/ en posición intervocálica que debemos considerar regular y normal; recordemos, a este respecto, lo dicho en Perarruga > Perarrúa, y otros ejemplos como Ugarte > Uharte y Huarte, Ugalde > Uhalde y Hualde, etc. El segundo es, por el contrario, una adulteración tendenciosa y falsa: se trata, una vez más, de la absorción por el nombre latino villa-ae de una voz ibérica un tanto próxima, en este caso belan, según explicábamos en el nº 61 de esta serie al tratar de Bisaldric. Es interesante anotar la existencia de la forma Villanuga en la que, no habiéndose producido la alteración regular (se conserva la /g/ intervocálica) sí aparece la adulteración con villa.

3. “Aunque el glaciarismo fue importante en toda la zona, lo fue más en la parte oriental de la comarca, donde la mayor altitud del relieve facilitó la acumulación del hielo y la formación de lagunas glaciares más grandes. La del valle del río Aragón superaba los 350 m de espesor y una longitud de 26 km. hasta cerca de Castiello de Jaca, donde depositó, durante el período glaciar Wurm – hace 30.000 años – 5-6 morrenas frontales que constituyeron uno de los mejores ejemplos del Pirineo español. La carretera las atraviesa una y otra vez al estar dispuestas en forma de arcos transversales, a modo de pared natural que en su momento cerraron el valle. Con la fusión del hielo se formó un lago que, una vez colmatado, explica el fondo plano de la cubeta de Villanúa” (Comarca de La Jacetania, pag. 26). Esta localidad, 953 m de altitud y 354 habitantes, se asienta en el antiguo Bardaruex (Valle de Aruej) llano y cultivado. “El término municipal se extiende por ambas orillas del río; la margen derecha perteneció a Aruej, e incluye los pastos de Gabardito; por la derecha asciende hasta la cúspide de Peña Collarada, rodea por La Espata (2.197 m) y vuelve por la Punta Canals (1.362 m) hacia el río Aragón, encerrando paisajes tan emblemáticos como La Trapa o la Selva de Villanúa” (id, pag. 350).

Bellanuga muestra por doquier una fuerte expansión urbanística, en la que, junto a amplias áreas deportivo-recreativas, aparecen bastantes viviendas unifamiliares y, sobre todo, bloques de apartamentos o viviendas; hay bastantes obras en curso, por lo que no resulta difícil localizar a un constructor con experiencia bien reciente, además de otras anteriores. Le pregunto si, al excavar para asentar la cimentación, o al construir una planta de sótano, o, simplemente, al perforar un pozo, se tarda mucho en encontrar agua. La respuesta, rápida y segura: “Enseguida. En cuanto se excava un poco te sitúas al nivel del río, y el agua aflora fácilmente”.

Bellanuga es uno de los topónimos más sencillos de interpretar de cuantos hemos analizado. Es una composición binaria con un solo enlace o acomodación. El primer elemento es la voz belan, adverbio de tiempo, que significa enseguida, al momento. Se une directamente al sustantivo que completa la afirmación pues el verbo (hay, está, aparece) queda elíptico. Este segundo término es uga, agua, voz que da lugar a multitud de derivados. Así pues, el primer término, belan, es el que sufre la adulteración por obra y gracia del voraz latinajo villa; el segundo, uga, El enlace o sutura se efectúa mediante yuxtaposición necesaria belan-uga, sin elipsis al final del primer término. Apuntemos asimismo la normal palatalización de la consonante lateral apicoalveolar /l/ hasta la lateral palatal /L/.

La traducción del topónimo es paladinamente clara. Tanto en sentido literal como propio Bellanuga significa “enseguida, agua”.


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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

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