Toponimia
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“Estos estrechos (mejor cabría decir garganta) son una muestra inmejorable de la realidad umbría y rocosa del Parque de Guara. La profundidad y la vegetación proporcionan un frescor agradecido en verano, tan contrastado con el exterior. A su vez la caliza revela la naturaleza pétrea de la montaña, no hay vegetación molesta, el interior es puro mineral. Tampoco hay agua, pero ¿alguien se atrevería a echarla en falta en un sitio como este?” (Enrique Salamero, Sierras de piedra y agua). Por su parte, Fernando Biarge y Jean Paul Pontroué, en Cañones, gargantas y barrancos del Alto Aragón, nos describen así el tramo deportivo de este conocido barranco: “Primer afluente del río Vero por su orilla derecha en el tramo de las gargantas de Lecina. Desde el pueblo de Lecina, camino al SO, hasta prácticamente el cauce del barranco. Desde la presa de aforos, cruzar el río, tomar sendero orilla derecha hasta cruzar el antiguo de Lecina al Molino. Seguir al Norte en ascenso, bordeando pronto el curso del Basender. En 20 minutos se puede intentar alcanzar su cauce seco. Estrecho fácil al comienzo, hasta un rápel de 15 m. Otro tramo fácil hasta dos resaltes que, aunque espectaculares, pueden destreparse. Nuevo rápel de 10 metros, más recorrido fácil y grato; un último rápel de 15 m. antes de alcanzar el cauce del Vero en una erosión helicoidal característica, cerca de un nogal”. El cauce está habitualmente seco, las tormentas habituales tan solo proporcionan un caudal mínimo; pero si fuese muy fuerte y localizada, resultaría impracticable y peligroso. También el cruce del río Bero, si está crecido, puede resultar de mucho cuidado.
Nuestros antepasados iberos, ante tanto rápel y angostura, tuvieron una mala impresión de este barranco. Basender es una composición integrada por tres elementos o formas. La primera, muy conocida y habitual, es el adjetivo basa, que tomaremos en su acepción de “salvaje”. Sigue el sufijo comparativo de superioridad –en, que se une al adjetivo mediante elipsis al final de éste: basa-en > bas(a)en. Finalmente el sustantivo derbi, diablo, que se aglutina por yuxtaposición necesaria. La composición ya completa, basendérbi, pierde la vocal átona final y, con ello, traslada la sílaba tónica a la penúltima, basénderb. La obligada simplificación del grupo consonántico final, con enmudecimiento de la b, nos deja en Basender, que significa “el más salvaje diablo”.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es