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Barbuñales – 313 (a)

Altoaragonesa

Barbuñales es un pueblo con municipio propio que se encuadra en la comarca de Somontano de Barbastro. Contaba con una población de 101 habitantes en 2.011, mientras que en el 1.900 era de 433. Se emplaza a 468 m de altitud. Casas nuevas o muy remozadas, alineadas en calles muy llanas que llegan hasta la plaza en que se sitúa la iglesia, obra del siglo XVII, que tiene planta de cruz latina con cúpula sobre el crucero, muros y paramentos de ladrillo y tapial. En esa plaza, mirador sobre el cauce del Alcanadre y el monte de Lizana.Tiene interés especial la casa-palacio de los Azara, con fachada de ladrillo, galería de arcos bajo el alero, escudo fechado en 1.879 y hornacina con busto de D. Nicolás de Azara. La notoriedad de Barbuñales gira fundamentalmente en torno a la insigne figura de D. Félix de Azara, eminente naturalista de fama universal, por un lado; y por otro, en el llamado Carrascal de Lizana, que suele citarse como uno de los 19 mejores bosques de España. Barbuñales era considerado como una mera aldea de Pertusa entre 1.395 y 1.495. Así, “el 3 de junio de 1.395, Dña. María, mujer del Infante Martín, vendió Pertusa y sus aldeas, entre ellas Barbuñales, a Bernardo de Pinós”. (Ubieto Arteta, Historia de Aragón).

Partiendo de Barbastro en dirección a Huesca, tomamos a la salida de aquel, en una rotonda, la vía o carretera “vieja” que, a poco de dejar atrás Peraltilla, saca por el costado izquierdo el desvío a Barbuñales. Ya en éste desvío, habremos de detenernos ante un stop que da preferencia a la ruta que, procedente por el lado derecho de la general de Barbastro a Huesca, continúa, por el izquierdo hacia Laluenga y Laperdiguera. Seguimos de frente por el amplísimo llano en que se asienta Barbuñales. Hemos podido contemplar espaciosamente las características del paisaje: en los espacios no aptos para el cultivo, subsisten unos bosquetes de carrasca (Quercus ilex ballota), con un sotobosque de tomillos, romeros, y algunos enebros; pero incluso en las amplias llanadas cerealistas quedan rincones o líneas que permanecen pobladas de carrascas, que en su mayoría fueron arrancadas y relegadas desde una posición otrora dominante. En pocos lugares como en Barbuñales se puede apreciar la presión agrícola sobre el medio natural: ahora, enormes extensiones de campos de cebada y trigo por doquier, con la presencia esporádica de algunos almendros y olivos. La viña, antiguamente tan importante, sufrió asimismo el empuje del tractor y fue erradicada casi totalmente, si bien ha conocido el camino de regreso, con nuevas plantaciones.

Barbuñales es una composición ibérica de tres palabras. La primera es barbu, “trigo barbudo de la mejor calidad”. La segunda es uni, agente de tercer grado del verbo uni(tu), que nutre o nutriente. El enlace muestra elipsis al final del primer término con encuentro de vocales iguales: barb(u)uni. Por último, alez, arista, pajilla (en el Dic. Retana aletz, con tz inexistente en ibérico). Esta segunda acomodación se hace con yuxtaposición necesaria, ya que la elipsis, barbun(i)ales, destruiría el segundo elemento y haría incomprensible la composición. Anotemos la palatalización normal de /n/ ante /i/. Barbuñales significa “trigo barbudo de la mejor calidad, nutriente y con aristas”.

La mañana de principios de febrero es fría y muy ventosa; las calles están desiertas. Consigo contactar con un par de personas que no son agricultores: no pueden informarme. No hay bar en el pueblo, pero sí un taller de maquinaria agrícola, amplia nave con estufa, alrededor de la cual suelen juntarse mis posibles informantes, pero tampoco hay suerte. Regreso hacia la carretera general en la que he visto un bar-restaurante al costado derecho; ahora sí, por fin encuentro lo que busco: sentados en una mesa, cuatro agricultores departen animadamente. Alguno me conoce y todos se prestan a informarme con la mejor disposición. Tras varios prolegómenos, lanzo las preguntas concretas: “¿Conocen el trigo “barbudo”?. “¿Se siembra o se ha sembrado en Barbuñales?”. Todos a la vez, se lanzan a dar explicaciones: “Siií, es el que tiene las aristas (“la riscla” dice uno), muy largas, que negrea un poco, que hace una harina muy buena, muy fina, que se empleaba para pastelería y cosas así, pero que no daba mucha producción, y que por eso ya no se siembra; ahora…”. Es suficiente.

 

 


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