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Arguís (260 – a)

Altoaragonesa

El topónimo Arguís, tanto por su morfología y fonética como por la fidelidad descriptiva que hace innecesaria la comprobación sobre el terreno de la interpretación hallada, es uno de los más sencillos entre los más de 300 que ya han sido publicados en esta serie. Puede ser tanto una especie de ejercicio de primer grado en esta tarea interpretativa de nuestra toponimia como una prueba irrefutable de la seguridad de nuestro principio básico y fundamental: la lengua ibérica se entiende perfectamente.

De la localidad de Arguís hace A. Castán, en Lugares del Alto Aragón, la descripción siguiente: “Lugar de 91 habitantes; a 1.044 m de altitud. Censaba 294 habitantes en 1.900. Cabecera municipal con el agregado de Bentué de Rasal. Comunicado desde la carretera Huesca-Sabiñánigo. Era villa a finales del siglo XI. Población asentada en depresión intramontana, a la espalda de la sierra de Gratal, emblemática muga de los llanos. Arquitectura de montaña con paredes de piedra y tejados de losa, teja y con frecuencia mixtos, conformando un núcleo armonioso, equilibrado y suelto que con centro en la plaza de la iglesia distribuye calles inclinadas al sur, una con hermoso paso cubierto. La vivienda más antigua indica la fecha de 1.650 en la clave de su puerta adovelada, acompañada de simbología religiosa; otra con pilastras y sumarios capiteles lleva data de 1.852 en su dintel. En 2.008 se mantienen dos chimeneas tradicionales. En la entrada de la localidad se han construido unos cuantos chalés y, también al norte, unos pocos al otro lado de la carretera. Cerca del Mesón de la Foz, más unifamiliares y pequeña urbanización de los años 1.960. Rodeando al pantano, otra vivienda y la hospedería, sin uso actualmente. Parroquial de San Miguel, con cabecera románica del siglo XII e importantes reformas en el siglo XVII -1.646-; en el Museo del Prado se exhibe un retablito del s. XV procedente de esta iglesia. Ermitas de Soldevilla –ruinas- y la Magdalena, ambas de los siglos XVI-XVII, esta última en los prados de Bonés, con necrópolis medieval de lajas. Fortificación medieval con cerámica clara en el tozal de Castellar/Los Paretazos y despoblado medieval –necrópolis de lajas- en Fuen de Moros/La Iglesieta. Famoso embalse proyectado por Francisco de Artigas iniciado hacia 1.683, concluido en 1.704 y recrecido en 1.929; riega la Hoya y es aprovechado para escuela de pesca deportiva. Puente del Escalar, de tradición medieval pero tendido posiblemente en el siglo XVII; y aguas abajo, vestigios de molino harinero. Cueva San Clemente, surgencia intermitente de difícil acceso. Pozos de nieve en Las Calmas. Excepcional hayedo en la umbría del Peiro. Centro de interpretación del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara”.

El Madoz nos da noticias que nos aproximan mucho más a la solución toponímica. Dice, entre otras cosas, lo siguiente: “…y a ¼ de hora 1 ermita dedicada a la Virgen con el título de Sondevilla;…dentro de su jurisdicción y dependiente de la misma, se halla el Mesón de la For, el cual es una casa situada no lejos del pueblo en el camino de Francia, en la que descansan los transeúntes que no quieren entrar en el lugar; el terreno participa de llano y monte; pero todo él es árido, flojo, de secano y de tan mala calidad que no admite la semilla de trigo; carece de bosques arbolados, pero la mayor parte de lo inculto está poblado de coscojo y arbustos que proporcionan abundante leña para el combustible y carbonear; y cría yerbas de pasto…. Produce cebada, centeno, avena, ganado lanar y cabrío en corto número…”. La razón última de la mala calidad del terreno para usos agrícolas y de la consiguiente escasez de producción radica en esta descripción de su naturaleza, copiada de La Gran Enciclopedia de España: “Terrenos del Mesolítico y Terciario constituidos por calizas, margas y depósitos aluviales”.

En la documentación histórica, el topónimo Arguís tiene absoluta fijeza, en correspondencia a su estructura tan simple. Ya en 1.100-1.104, el obispo Esteban de Huesca, con ocasión de la consagración de la iglesia de Sasabe, hace una distribución de bienes …videlicet…et in Arguis; asimismo Arguis en 1.196, 1.198, 1.202 y otros (Colección diplomática de la Catedral de Huesca, de D. Antonio Durán Gudiol).

Estamos ante una composición binaria de la lengua ibérica. El primer elemento, sobradamente conocido, es ara, tierra, área, zona. El segundo es gisu, cal o caliza. Y de aquí, tres nociones básicas:

-el enlace, acomodación o sutura muestra la regla primera y fundamental de la aglutinación, la elipsis al final del primer término: ara+gisu > ar(a)gisu.

-la caída o apócope de la vocal átona final: argisu > argis(u).

-la pronunciación oclusiva-velar-sonora, siempre y en todo caso, de la /g/ ibérica: arguis.

La traducción de Arguís es, por consiguiente, “la tierra caliza”.


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