Toponimia
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Arcusa es un pequeño lugar de 35 habitantes encuadrado en el municipio de Ainsa-Sobrarbe. Sin embargo, tuvo ayuntamiento propio en 1.834 y en tiempos de Madoz (1.845-50) contaba con 152 almas. Se unió en 1.960-70 con Olsón y Sarsa de Surta para formar el municipio de Alto Sobrarbe, con capitalidad en Arcusa, y poco después (1.970-80) la despoblación obligó a la concentración con el de Ainsa para formar el de Ainsa-Sobrarbe. Como primera mención debemos situar, siguiendo a Fernando Galtier Martí en su obra Ribagorza, condado independiente, pag. 34, la Ballis de Arcusa, mencionada en un documento de hacia 1.024, recogido por D. Angel Martín Duque en su Colección diplomática de San Victorián y Santa María de Obarra. Antonio Ubieto Arteta, sin embargo, considera como tal la contenida en un documento de la Colección diplomática de Pedro I, de fecha enero de 1.086, en la que se cita a “dompnum Garssiam de Artusa”. Esta forma debe tratarse de un error de trascripción, como comprobaremos en el análisis morfológico, provocado por la proximidad de voces como arta y arte, encina, arto, maíz y borona, o artu, coger, cosechar. En la abundante documentación posterior consta la forma Arcusa.
Permítaseme una breve digresión. Habiendo citado a D. Antonio Ubieto Arteta, para quien tantos motivos de agradecimiento tenemos los estudiosos de la Toponimia, y, juntamente, las voces iberovascas arte y arta, encina, no me resisto a comentar que, de haber deseado traducir al castellano sus hermosos apellidos ibéricos, su nombre completo en lengua romance sería D.Antonio Vadomalo Encinar.
El lugar de Arcusa, como muchos otros del Viello Sobrarbe, tiene una característica muy notoria y hermosa: las antiguas construcciones civiles y religiosas de gran personalidad y empaque, por sus muros, cubiertas, galerías, ventanales, chimeneas, torres… La belleza del conjunto y de los diversos elementos constructivos, su rancio sabor y la perfecta integración con el medio, podemos observarlos en Guaso, Lezina, Olsón, Buil, Hospitaled, Castejón de Sobrarbe, etc. En Arcusa podemos contemplar “la mansión de los Juste, siglo XVI, con galería de ventanas en la vivienda y torre con tres vanos de arco de medio punto y capilla. En el barrio del castillo encontramos restos de una torre defensiva de planta pentagonal. La iglesia parroquial en el barrio sur corresponde a los siglos XVI y XVII, con interesante torre. Merecen destacar las casas Bernad, Solana y Salvador” (Guía Turística del Altoaragón, Editorial Pirineo). Pero la nota más sobresaliente del lugar, en la que reparan todos los autores, es la dispersión sobre el terreno de las diversas viviendas, agrupadas en pequeños barrios, a veces minúsculos con una sola casa y sus dependencias auxiliares. Así, Pascual Madoz en su Diccionario ya apunta que “tiene 12 casas de mediana construcción y algo diseminadas”. En Huesca, guía turística del Altoaragón, de Editorial Pirineo, se afirma: “Población estructurada en diversos barrios”. Severino Pallaruelo Campo, en Comarca del Somontano, pag. 224, con mayor expresividad, nos dice:”Las casas dispersas abundan en el centro del Sobrarbe o en la mitad meridional. Son especialmente abundantes en los antiguos municipios de Guaso, de Castejón de Sobrarbe, de Arcusa y de Olsón y también en La Fueva. Es el tipo de hábitat que más ha sufrido con la despoblación. Casi todas las viviendas dispersas que estaban habitadas a mediados del siglo XX se encuentran actualmente abandonadas”. Tres señoras, dos de Arcusa y la tercera de Castellazo, con las que me encuentro cuando vienen de recoger el pan, me informan con toda amabilidad y detalle. Cerca del castillo (por lo que algunos lo llaman barrio del castillo) está La Vila, con tres casas, Mata, Migalet (cerrada) y Albás; en el barrio sur o de la iglesia se juntan las casas Revilla, Cosme, Félix, Broto, Pelaire, Giral, Sabas, Paúl y Secretario; bastante próxima y sola la hermosa Casa Solano; por último, en el barrio La Corona, la casa Juste, que sobresale sobre todas, Lardiés, Santolaria, Sánchez, Bellosta, Tejedor y Herrero, además de alguna otra de nueva construcción. De la simple enumeración (hay casi tantas casas como habitantes) se desprende que muchas están desocupadas permanente o temporalmente.
Arcusa es un topónimo que consta de raíz y sufijo (derivación). La raíz es el nombre ibérico arku, que significa “sede”, esto es, residencia, casa, lugar en que se habita. El sufijo (tantas veces repetido) es –tza (-za, -sa) que vale por montón, gran cantidad, muchas. La acomodación, por yuxtaposición necesaria de arku-tza nos da Arcusa, cuyo significado es meridianamente claro y expresivo: “muchas sedes”, o si se quiere, “muchos barrios”.
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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es