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Angüés (194)

Altoaragonesa

Tenemos un tanto olvidados los llamados “topónimos de propiedad”, a los que dedicamos, en su día, los capítulos 54 (Azanui), 57 (Montanui, Beranui, Ralui), 62 (Eresué, Ramastué, Renanué) y 86 (Sigües, Sinués, Urdués). Para evitar repeticiones en lo posible, nos limitaremos a decir, en forma muy sucinta, lo siguiente:

1. El sufijo de propiedad –os presenta las variantes –oz y –otz ( Olcoz- Olcotz) en Navarra y el País Vasco.

2. Hacia el Este, y sucesivamente, toma las formas –ués, -ué y –ui.

3. En todo caso debemos traducirlo por “la propiedad del hombre…” o “la propiedad del…”.

4. La raíz de los topónimos de propiedad es un epíteto que expresa la cualidad, defecto o condición dominante de una persona, o bien, un sustantivo que indica su profesión u ocupación.

A continuación, por el sur, de las cuatro comarcas netamente pirenaicas de la provincia de Huesca (Ribagorza, Sobrarbe, Alto Gállego y Jacetania), vamos a encontrar en la Hoya de Huesca alguna muestra de estos topónimos netamente montañeses, siquiera sea en su parte más septentrional y en número muy reducido. Aquí la forma del sufijo será –ués (hay ejemplos de –ué) pero, junto a esta precisión, hay otra mucho más importante: no todo topónimo terminado en –os (-oz), -ués, -ué y –ui es, automáticamente, un topónimo de propiedad, pues tal terminación puede proceder de la diptongación o > ue en una palabra, sustantivo o adjetivo, completamente distinta, tal como hemos visto recientemente en Aragüés < ara-gose, “tierra de labor suave, ligera o suelta”, y antes en Chisagüés < gisa-ago-z, “a manera de una boca”. El criterio determinante para saber si estamos o no ante un topónimo de propiedad está explícito en la nota nº 4 que acabamos de exponer: si la raíz no es un epíteto o un sustantivo de profesión u ocupación no hay topónimo de propiedad. Todo ello quedará meridianamente claro con el análisis de los dos topónimos del encabezamiento.

ANGÜÉS.- “Villa de 277 h; a 543 m de altitud. Censaba 1.074 en 1.900. Ayuntamiento que incluye las localidades de Bespén y Velillas. Documentado en 1.099. Población situada en la carretera Huesca – Barbastro, en plano de suave vergencia oeste. Eras y edificios de apoyo dominan el sector más alto del norte. Iglesia y ayuntamiento, insertados en la plaza Mayor, constituyen el centro del casco urbano, con calles radiales, más desarrolladas las que se dirigen a las carreteras de Casbas y Barbastro. Las viviendas, de volúmenes dispares, suben con materiales clásicos del Somontano: piedra, ladrillo, adobe, tapial y teja. Buena arquitectura doméstica, con inmuebles del siglo XVII al XIX. Los primeros hogares datados se remontan a 1.799: una casa fechada en la cantonera, con zócalo y cadenas de sillería, relleno de tapial, puerta con arco de medio punto y alero de madera; casa López -1.799 – despliega alero contemporáneo de madera sobre canecillos con pinjante; llenan las dovelas de su portada abigarrados relieves de jarrones con flores y simétricos geometrismos… Hay otros hogares con portada similar… Casa Sanz incluye hermosa puerta con arco de ladrillo aplantillado…Parroquial de tres naves, la central románica – siglo XII -, cubierta con bóveda apuntada y culminada mediante ábside semicircular; las dos laterales y el recrecimiento de la torre son legados de los siglos XVI-XVII; galería de ventanas de ladrillo al gusto del gótico aragonés… Cerca del pueblo, pequeña villa romana con cerámica campanéense y sigillata. Despoblados medievales de La Torraza, Arnillas, Mesones y La Castena…Característica balsa con cruz popular brotando de sus aguas. Interesante pozo-fuente camino de Casbas, que hunde en la tierra cuatro cuerpos alineados separados por arcadas, todo armado con sillería; es construcción singular que no se ajusta a los patrones medievales árabes o cristianos según A. Naval. Vestigios de un puente en el camino del puente Viejo”(A. Castán, Lugares del Alto Aragón).

Angüés es claramente un topónimo de propiedad. El sufijo –os, diptongado a –ués, viene precedido por un adjetivo que describe la condición dominante del propietario: se trata de anger, cruel. La acomodación se efectúa con elipsis al final del primer término: anger-os > ange(r)os y ang(e)os, con diptongación Angües-Anguás-Anguós. La traducción de Angüés es, por consiguiente, “la propiedad del hombre cruel”.


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© Bienvenido Mascaray bmascaray@yahoo.es

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