Toponimia
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Con el nombre Alberuela se conocen hoy (primitivamente Alberola) dos lugares distintos del Altoaragón. Este topónimo viene a sumarse a una larga lista de parónimos o isotopónimos que ya hemos estudiado: Jabierre, Yosa, Bescós, Abi, Bellestar, Palo, Lig:uerri, Garona, etc. En todo caso, hemos explicado este fenómeno de la paronimia alegando un principio fundamental que ya ha tomado carta de naturaleza y que dice así: Un pueblo que habla una misma lengua, ante hechos o situaciones semejantes –por muy distantes que se encuentren entre sí- crea topónimos iguales. Responde este axioma a la doble naturaleza o función del topónimo: identificativa primero y descriptiva después. Y la persona, grupo o conjunto que describió el lugar por vez primera dándole nombre, no solo reparó en la misma nota sobresaliente –elemento diferenciador- sino que la describió escogiendo las mismas palabras. De aquí nace un interés sobreañadido: los parónimos o isotopónimos no solo requieren, como cualquier otro nombre de lugar, la comprobación sobre el terreno de la interpretación hallada, sino que exigen una especie de contraste recíproco, pues ambas situaciones han de ser idénticas entre sí. La toponimia real que practico y predico desde tantos años atrás, se autocomprueba, se afirma a sí misma, se impone a tanto autor empecinado en explicar la toponimia ibérica sin poseer el más leve conocimiento de la lengua ibérica, acudiendo al copio-copias-copiare o al método comparativo o formal. Y no quiero olvidarme (ayer mismo tuve que oírlo en Alberuela de Tubo) a quienes preconizan sin mayor averiguación ni el menor rubor que, puesto que comienza por al-, el topónimo es indudablemente árabe. En conclusión, que la coherencia debida me obligará a mostrar que en los dos lugares que estudiamos hoy se da una plena coincidencia o semejanza de hechos y situaciones.
El primero de estos lugares es Alberuela de la Liena, cuyo complemento nominal “de la Liena” ya nos es bien conocido: Murillo de Liena, Merlli de Lena, Sierra de Liena; o bien, como sustantivo: El Lenero. Pertenece al municipio de Abiego (Somontano de Barbastro) y es un “lugar de 84 habitantes; a 580 m de altitud. Acogía 385 h en 1.900. Acceso desde Adahuesca y Bierge. Aparece citado en 1.095 como Alberola. Localidad situada a orillas del río Isuala. Casco urbano adaptado a una estrecha loma de dirección este-oeste, con profundas barranqueras a norte y sur. La calle que vertebra el núcleo sigue la orientación de la loma. Los edificios se organizan en dos barriadas: Santa Orosia y S. Nicolás … Las ruinas del castillo delimitan un recinto rectangular con una espadaña de ojos vacíos al este; los muros más antiguos parecen del siglo XVI, pero aquí estuvo la abadía que seguía ocupada en los años 1.940. Bajo estos despojos se ha rehabilitado la iglesia de S. Nicolás de Bari, legado del siglo XII con cabecera semicircular por dentro y plana exteriormente; de línea jacetana, incluye capiteles historiados y decoración de ajedrezado. A su alrededor, tumbas antropomorfas excavadas en arenisca. Fuente de sillería bajo arcada de medio punto de los siglos XVII – XVIII. En el río Isuala, estribos de un puente y ruinas del molino harinero” (A. Castán, Lugares del Alto Aragón). En el texto trascrito está descrito, se explica con concisión y propiedad el emplazamiento del lugar que es el elemento diferenciador del topónimo. Por ello, me detendré un poco más en la exposición.
La distancia entre Adahuesca (Aboscha) y Alberuela de la Liena es de solo unos 3 kms. En las proximidades de ésta, la carretera salva alguna dificultad para entrar rectamente por el eje del promontorio, convertido en calle. Al final de ésta, una pequeña plaza nos permite apearnos. Observamos primeramente por el costado izquierdo: el río Isuala gira, a los pies del promontorio hacia el oeste, quebrando la dirección rectilínea norte-sur que traía desde la Sierra de Balcés y, aún más arriba, desde la Sierra de Gabardón y el puerto del Serrablo; forma una profunda hondonada a la que se desciende desde la plaza con caídas verticales y algún mínimo rellano: los costados oeste y norte presentan pues fuertes caídas. Cruzamos la plaza y nos asomamos por el costado derecho: nueva hondonada, quizá no tan profunda y con caídas algo menos pendientes hasta el fondo, con mínimos espacios aprovechados; pero, en esencia, desde aquí, los costados este y norte muestran también rápidos descensos. El promontorio, accesible por el sur, se configura como una punta de flecha alargada, como un puntal, con el vértice hacia el norte.
Viajamos. Desde Barbastro por la carretera a Berbegal que queda en espectacular emplazamiento a nuestra derecha; seguimos hasta Peralta de Alcofea, junto a la carretera, a la izquierda; pronto alcanzamos Venta de Ballerías, al lado izquierdo; enseguida, cruzamos la carretera de Sariñena a Huesca y llegamos a Alberuela de Tubo, al costado derecho. Aquí el complemento nominal responde a la proximidad del monte San Lorién, con los restos del castillo de Tubo. Constituye el municipio de su nombre con el agregado del nuevo Sodeto (IRYDA, 1.958). “Lugar de 127 habitantes; a 350 m de altitud. Acogía 257 h. en 1.900. Accesos desde Huesca, Grañén y Sariñena. Se menciona en 1.104. El casco urbano se acomoda al pie de un vistoso cerro de arenisca, escarpado y en forma de media luna, que fue fortificado por el Islam; en sus lienzos se aprecian tres fases constructivas: la primera del siglo X, caracterizada por sillares atizonados; la segunda es una reparación de hacia 1.100 con sillares almohadillados colocados a soga en el paño septentrional; la tercera es ya cristiana, con sillares a soga alisados … La parroquial de S. Juan es del gótico aragonés… Ermita de la Virgen del Castillo –s. XVI- … El pozo fuente de Alberuela ya existía en 1.559 … Parque de aventura de La Gabarda en paraje de gran valor natural … Conjunto de cuevas excavadas en roca de difícil datación … Paisaje natural de interés en Los Torrollones y Rincón del Olivar”. (A. Castán, op. cit.).
También esta descripción merece ser complementada, y lo haré gracias a la observación directa, a la ayuda de un buen informante y a la interpretación de la lengua ibérica. Encuentro a un hombre de mediana edad que no ha perdido ni mucho menos el interés por los temas culturales y el amor activo hacia las cosas del pueblo: me explica el origen árabe del castillo y el acceso al recinto con arco bien visible; trabajos de excavación, ermita próxima, población estable en la altura que, se cuenta, construyó una galería descendente hasta un manantial al pie del farallón; me acompaña a dos hornacinas bajo la acera, cubiertas con grandes discos de metacrilato que dejan ver las ánforas recuperadas… Y, con toda firmeza, asegura que la primitiva población, en una fecha incierta, descendió al llano situado al pie dando origen al nuevo Alberuela de Tubo. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación y, por otra parte, resulta maravillosamente esclarecedor que el mogote rocoso “en forma de media luna” proyecte su esquina más afilada sobre las casas del lugar, por lo que es conocido con el nombre de “El Puntal”. ¿Verdad que les suena?. Aquí, las caídas por el costado norte, este y sur son verticales, mortales de necesidad. Y Alberuela es, como veremos de inmediato, un topónimo ibérico de rara perfección descriptiva y de absoluto rigor morfológico y fonético, lo que nos lleva necesariamente a la siguiente conclusión: el primitivo poblamiento en altura de Alberola fue ibérico, con gentes que hablaban esta lengua, de modo que, a la llegada de los moros, éstos construyeron sobre cimientos preexistentes, al igual que resulta manifiesto en otros castillos altoaragoneses como Loarre, Boltaña, Monzón, Zaidín, etc.
Ya podemos afrontar con garantías el estudio lingüístico del topónimo Alberola. Se trata de una composición cuyo primer elemento es albo, costado, lado; que ya llegó a nuestro conocimiento cuando estudiamos, muchos años atrás, el topónimo (beni o bani)albo-ufar > Benialbúfar, en nuestra obra Baliaride, en la que determinamos el valor de giltz desde la composición albogiltz, llave lateral. Tras albo se aglutina el segundo elemento eror, caer, caída y, finalmente, el sufijo locativo –ola, lugar de, con presencia en topónimos como Llitarola, Buniola, Mariola, etc. Tres formas aglutinadas, luego dos enlaces, acomodaciones o suturas: la primera, albo-eror, muestra elipsis al final del primer término, alb(o)eror; la segunda, alberor-ola, sigue la misma norma fundamental, albero(r)ola y alber(o)ola, por encuentro de vocales iguales. La consabida diptongación o > ue nos conduce hasta el actual Alberuela. Hechos o situaciones semejantes o idénticas, en lugares bien apartados, lleva a un mismo pueblo que habla una misma lengua a crear topónimos idénticos, parónimos o isotopónimos. Alberuela significa, comprobado por el fiel contraste recíproco, “lugar de caídas por los costados o lados”.
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